El ritmo con el que cambian las proyecciones económicas puede ser tan vertiginoso como el de los mercados. Lo que parecía un escenario de expansión sólida a principios de año ha virado con fuerza en cuestión de días, y ahora las señales apuntan a una desaceleración preocupante.
El Fondo Monetario Internacional redujo su estimación de crecimiento económico para Estados Unidos en 2025 del 2.7% al 1.8%, arrastrado por el impacto de los aranceles “recíprocos” impuestos por el presidente Donald Trump desde el 2 de abril. Las medidas comerciales, que provocaron una caída del 9% en el S&P 500, también encendieron las alarmas en organismos internacionales. “Esto por sí solo constituye un importante shock negativo para el crecimiento”, advirtió el FMI.
La institución también elevó la probabilidad de una recesión en EE. UU. al 40%, desde un 25% en octubre de 2024, y rebajó el crecimiento mundial proyectado para 2025 del 3.3% al 2.8%. El economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, reveló que el anuncio del 2 de abril obligó a desechar el informe casi terminado y rehacerlo en solo 10 días. “Los aranceles son un shock de oferta negativo para la economía que los impone”, explicó.
Además, el FMI ajustó al alza la previsión de inflación para Estados Unidos al 3%, y a 2.5% para el conjunto de economías avanzadas, atribuyendo este repunte a los efectos de los aranceles y al incremento en los precios de servicios y bienes básicos.
Para el FMI, el efecto de los gravámenes dependerá de si se consideran temporales o permanentes. Por ahora, la incertidumbre reina. Y la economía de EE. UU., según los expertos, podría no salir ilesa.
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