En tiempos donde las sorpresas económicas escasean y las predicciones parecen tener la certeza de una moneda al aire, algunas compañías logran dejar boquiabierto incluso al más escéptico. Lo que ocurrió con SAP esta semana es un caso digno de análisis… y admiración.
La empresa alemana de software no solo superó las expectativas, sino que las pulverizó: su beneficio operativo creció un impresionante 58% interanual en el primer trimestre, alcanzando los €2,500 millones ($2,900 millones), frente a los €2,200 millones que esperaban los analistas.
Esta hazaña provocó que sus acciones se dispararan un 10.3% el miércoles por la mañana en Londres. No es casualidad que SAP haya destronado recientemente a Novo Nordisk como la empresa más valiosa de Europa.
Pero el verdadero golpe sobre la mesa vino desde la nube: los ingresos por servicios cloud aumentaron 29%, mientras el beneficio por acción trepó un 79%, hasta €1.44. “Su software ahora es más relevante que nunca”, le confesaron varios clientes al CEO Christian Klein durante una reciente visita a EE. UU., donde la incertidumbre arancelaria acecha como una sombra.
Klein aseguró que SAP está ayudando a empresas a operar en más de 130 países, reforzando sus cadenas de suministro y ofreciendo previsibilidad en tiempos turbulentos. “El 86% de nuestros ingresos son recurrentes. Eso es previsibilidad, eso es resiliencia”, subrayó.
Los analistas no tardaron en aplaudir: Deutsche Bank calificó los resultados como “una lección magistral de resiliencia”, mientras JPMorgan y TD Cowen ajustaron sus expectativas al alza. Y es que, como dijo Pascal Spano: “SAP sigue mostrando un buen impulso a pesar de las incertidumbres actuales”.
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