Un silencio incómodo invadió a los ejecutivos de las grandes farmacéuticas cuando las cámaras captaron la firma presidencial. En Washington, todos entendieron que esta vez no se trataba de una advertencia.
Una medida que sacude el tablero global
El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que obliga a que los precios de ciertos medicamentos en Estados Unidos igualen los más bajos que se pagan en otros países desarrollados.
“Vamos a pagar el precio más bajo del mundo. Conseguiremos a quien pague el precio más bajo; ese es el precio que vamos a conseguir”, afirmó con determinación. Esta política, conocida como la de “nación más favorecida”, se aplicará a Medicare, Medicaid y posiblemente al mercado comercial.
La administración aún no reveló la lista de medicamentos afectados, pero adelantó que se enfocarán en tratamientos de alto costo como los GLP-1 para diabetes y pérdida de peso. Dentro de 30 días, el secretario de Salud deberá establecer metas específicas de reducción de precios. Si no hay avances, el gobierno impondrá directamente el precio más bajo mediante reglamentación, en manos de Robert F. Kennedy Jr.
Reacciones divididas y advertencias
La industria farmacéutica no tardó en responder. PhRMA, el mayor grupo de presión del sector, elogió a Trump por señalar la carga desigual entre países, pero advirtió que “importar precios extranjeros de países socialistas sería perjudicial para los pacientes”. Stephen Ubl, su director ejecutivo, dijo que la medida pondría en riesgo la innovación y el empleo.
En contraste, AARP aplaudió la orden. “Durante demasiado tiempo, las grandes compañías farmacéuticas han estado estafando a los adultos mayores de Estados Unidos”, dijo Nancy LeaMond. “Aumentan sus ganancias a expensas de vidas estadounidenses”.
Wall Street, sin embargo, reaccionó con optimismo. Merck subió más del 4%, Pfizer y Amgen más del 2%, aunque analistas de JPMorgan advirtieron que implementar esta política requerirá aprobación legislativa y podría enfrentar batallas legales.
Más allá del mercado interno
Trump acusó a gobiernos extranjeros de forzar a las farmacéuticas a aceptar precios bajos: “Fueron los países los que obligaron a las farmacéuticas a hacer cosas que no estoy seguro de que quisieran hacer”. La orden también ordena a la FDA facilitar importaciones desde otros países desarrollados y al Departamento de Justicia perseguir prácticas anticompetitivas.
Expertos de USC señalaron que el 70% de las ganancias globales de la industria vienen de EE. UU., y que este tipo de medida podría reducir la inversión en investigación. “En resumen, todos pierden”, concluyeron.
Pese a las advertencias, Trump dejó claro que no hay marcha atrás: “Estados Unidos ya no subsidiará la atención médica de países extranjeros”.
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