Una pregunta inesperada en plena reunión de accionistas bastó para detonar una de las respuestas más sinceras del legendario Warren Buffett. Su opinión no solo rompió con la creencia popular, sino que puso en duda una de las inversiones favoritas de millones de personas.
“Simplemente hay muchas más oportunidades, al menos en Estados Unidos, en el mercado de valores que en el inmobiliario”, sentenció el presidente de Berkshire Hathaway frente a un estadio lleno en Omaha. Así respondía a Jackie Han, quien, evocando sus raíces chinas, confesó la afinidad familiar por los bienes raíces y quiso saber por qué Buffett no apostaba más fuerte por ese sector.
El respaldo del “Oráculo de Omaha” a las acciones no es nuevo, pero esta vez lo llevó más allá. Recordó que Charlie Munger, su histórico socio, también mostró interés por los bienes raíces, aunque los consideraba más un pasatiempo que una estrategia real. Y las cifras lo respaldan: desde 1988, el índice de precios de viviendas en EE.UU. subió un 374%, mientras que el S&P 500 se disparó un 2,218% sin contar dividendos. Con ellos reinvertidos, la cifra alcanza un asombroso 5,006%.
Buffett no dejó lugar a dudas. Más allá del rendimiento, destacó la eficiencia y simplicidad de operar en bolsa: “Puedes hacer negocios por miles de millones de dólares, de forma totalmente anónima, y en cinco minutos”. En contraste, señaló que el proceso de adquirir propiedades está plagado de negociaciones y complicaciones.
Con su característico humor, remató: “Si naciera hoy, simplemente seguiría negociando en el útero hasta que me dijeran que podía estar en Estados Unidos”.
Buffett, como siempre, no solo invierte dinero. Invierte confianza. Y, por ahora, su brújula apunta sin titubeos hacia el mercado bursátil.
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