La estrategia parecía perfecta: más producción fuera de China y menos impacto por los aranceles. Pero la nueva política global impuesta por Donald Trump no perdona.
Apple multiplicó por 1.76 las exportaciones de iPhone desde India a Estados Unidos en abril, según Omdia. Mientras tanto, los envíos desde China cayeron un 76% en el mismo mes, un giro que refleja cómo la compañía ha movido parte clave de su cadena de suministro.
“Esta última guerra comercial con China es el tipo de perturbación para la que Apple ha estado tratando de prepararse durante mucho tiempo”, explicó Le Xuan Chiew, director de investigación de Omdia.
A pesar de una exención temporal del 11 de abril, las tensiones no ceden. El CEO Tim Cook reafirmó que Apple fabricará la mayoría de sus iPhones para EE. UU. en India. Pero Donald Trump ya respondió. En una publicación reciente, amenazó con aplicar un arancel del 25% a todos los iPhones fabricados fuera del país. “No en India ni en ningún otro lugar”, escribió.
Daniel Newman, de Futurum Group, advirtió que el cambio no es tan fácil. “Para ellos fue muy difícil migrar cada vez más del ensamblaje final de China a la India”, dijo, recordando que muchos componentes aún se producen en territorio chino.
Beijing también juega su parte, limitando el acceso de India a tecnología y talento. Según Dan Ives, de Wedbush Securities, “producir iPhones en EE. UU. es un cuento de hadas”, y aunque Cook intentará negociar, el plan sigue firme: India es el nuevo corazón de Apple.
Ahora, entre aranceles, presiones y amenazas, cada iPhone que cruce fronteras se vuelve un acto político.
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