Un mes de intensas operaciones federales transformó discretamente a Massachusetts en el epicentro de una de las mayores redadas migratorias de los últimos años.
Un operativo masivo en las sombras
Durante mayo, la Operación Patriota encabezada por ICE Boston, con apoyo de agencias federales como el FBI, CBP, ATF, DEA, DSS y la Guardia Costera, resultó en la detención de 1,461 inmigrantes indocumentados.
Más de la mitad de ellos tenían antecedentes penales, incluyendo delitos graves tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Michael J. Krol, jefe de Investigaciones de Seguridad Nacional en Nueva Inglaterra, aseguró: “Entre los arrestados se encuentran criminales verdaderamente alarmantes: asesinos buscados en sus países de origen, depredadores de menores y narcotraficantes”.
Pandillas, crímenes violentos y órdenes internacionales
La operación se enfocó en criminales extranjeros de alto perfil, incluyendo miembros de organizaciones como MS-13, Trinitarios, Calle 18 y Tren de Aragua. Según Kimberly Milka, del FBI Boston, la acción permitió identificar y expulsar a “cientos de infractores indocumentados, incluyendo asesinos, pandilleros, depredadores de menores y un posible cómplice de un presunto terrorista”.
Entre los arrestados hay ciudadanos salvadoreños, guatemaltecos, hondureños, colombianos, ecuatorianos, brasileños y uruguayos con historial de delitos como homicidio, violación, trata de personas, incitación al asesinato y posesión de pornografía infantil. Algunos estaban buscados por la Interpol mediante notificaciones rojas activas.
Jurisdicciones locales bajo la lupa
ICE reveló que muchas detenciones fueron necesarias porque autoridades locales se negaron a colaborar con solicitudes de detención migratoria. Esto forzó a los agentes federales a realizar arrestos directamente en las comunidades. Jennifer De La O, de CBP Boston, declaró: “Seguiremos garantizando que todos los extranjeros delincuentes que violen nuestras leyes sean detenidos y deportados”.
Uno de los casos más graves fue el de un guatemalteco con cargos por agresión sexual agravada y trata de personas, arrestado en Roxbury tras haber sido liberado por autoridades locales a pesar de múltiples órdenes de detención del ICE.
La presión crece para reforzar medidas
Stephen Belleau, de la DEA en Nueva Inglaterra, aseguró que la prioridad es “expulsar a delincuentes extranjeros violentos de nuestras comunidades”. Matthew O’Brien, del DSS, añadió que estas acciones “mejoran la seguridad nacional”. Por su parte, James Ferguson, de ATF Boston, confirmó que seguirán colaborando para mantener el control migratorio. Todos los detenidos permanecerán bajo custodia del ICE mientras se define su expulsión o deportación.
La Operación Patriota no solo reveló la magnitud de los delitos ocultos entre la población indocumentada, sino también la creciente tensión entre agencias federales y gobiernos locales que rechazan cooperar con el control migratorio.
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