Un cambio silencioso pero poderoso ya está afectando los bolsillos: los aranceles están pasando directamente de la retórica de Trump a las facturas en los hogares.
Las compañías ya están aplicando aumentos
Una encuesta de la Reserva Federal de Nueva York confirmó lo que muchos sospechaban: la mayoría de las empresas afectadas por los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump han optado por trasladar esos costos a sus clientes. Según los datos, el 77% de las firmas de servicios y el 75% de los fabricantes afectados reconocieron haber subido precios.
Más aún, el 45% de las empresas de servicios y el 30% de los fabricantes dijeron haber transferido la totalidad del aumento. Y lo hicieron rápido: más del 35% de los fabricantes y cerca del 40% de las firmas de servicios subieron precios apenas una semana después de detectar el impacto de los nuevos gravámenes.
Un entorno incierto con fecha límite
Trump anunció en abril aranceles “recíprocos” sobre más de 180 países y territorios. La reacción fue inmediata: el mercado bursátil cayó en picada. Sin embargo, el mandatario pausó la implementación por tres meses, y desde entonces los inversionistas esperan ansiosos la fecha límite del 9 de julio.
Mientras tanto, Estados Unidos logró un acuerdo comercial con el Reino Unido y, según el subsecretario del Tesoro, Michael Faulkender, más pactos están cerca de concretarse. Pero el daño ya está hecho. “Los aranceles de la administración por sí solos han creado disrupciones en la cadena de suministro que rivalizan con las del Covid-19”, aseguró un ejecutivo encuestado por el Institute for Supply Management.
Ejecutivos entre la presión y el silencio
Una encuesta realizada por Chief Executive Group y AlixPartners reveló que casi 9 de cada 10 directores ejecutivos ya han subido precios o planean hacerlo próximamente. Siete de cada diez estiman incrementos de al menos 2.5%.
La presión desde la Casa Blanca también es evidente. Trump advirtió públicamente a Walmart que “debería asumir los aranceles” y que él “estaría observando”. Este tipo de declaraciones ha empujado a los líderes empresariales a hablar bajo anonimato.
Uno de ellos declaró: “El caos no augura nada bueno para nadie, especialmente cuando afecta los precios”. Otro aseguró que el panorama comercial es tan incierto que han debido posponer decisiones importantes. “Estamos trabajando arduamente para elaborar planes de contingencia, lo cual distrae enormemente del trabajo estratégico”, explicó.
Los consumidores ya lo están sintiendo
Con empresas que suben precios en silencio y un entorno comercial impredecible, la factura para los consumidores ya está llegando. Y lo peor, según los propios líderes del sector, es que aún no se ve el final y por el contrario, la agresiva política arancelaria de Trump pareciera no terminar.
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