El dato fue inesperado. El índice de precios al consumidor en Estados Unidos subió apenas un 0.1% durante mayo, muy por debajo de lo previsto, y dejó la inflación anual en 2.4%. A pesar del ruido generado por los aranceles impulsados por el presidente Donald Trump, los precios parecen resistirse, al menos de momento, a una escalada.
El impacto de los aranceles aún no se materializa
Los analistas encuestados por Dow Jones habían anticipado un aumento mensual del 0.2%, pero el informe publicado por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) mostró un panorama más contenido. Incluso el índice subyacente, que excluye alimentos y energía, se ubicó también en 0.1% mensual y 2.8% anual, frente al 0.3% y 2.9% que se esperaban.
La Reserva Federal considera este dato clave para entender las tendencias de largo plazo, especialmente ahora que los efectos de la política comercial siguen siendo una incógnita.
Los componentes que impulsan y los que frenan
La energía fue el gran amortiguador. Cayó un 1.0% en mayo, mientras que la gasolina se desplomó un 2.6%, acumulando una caída del 12% en los últimos doce meses. Los precios de los vehículos nuevos bajaron un 0.3% y los usados un 0.5%. También hubo bajas en ropa (-0.4%) y huevos (-2.7%). En contraste, los alimentos y la vivienda subieron un 0.3% cada uno. Aunque la vivienda aumentó, su incremento anual del 3.9% es el más bajo desde 2021.
El alivio no es garantía de estabilidad
Seema Shah, estratega de Principal Asset Management, fue prudente: “El dato de inflación por debajo de lo previsto de hoy es tranquilizador, pero solo hasta cierto punto”. Señaló que los efectos inflacionarios derivados de los aranceles podrían manifestarse más adelante. Mientras tanto, los salarios reales subieron un 0.3% mensual y un 1.4% interanual, mejorando el poder de compra.
Trump y el vicepresidente presionan a la Reserva Federal
Tras la publicación del informe, los futuros bursátiles subieron y los rendimientos de los bonos del Tesoro bajaron. El vicepresidente JD Vance aprovechó para pedir recortes de tasas: “La negativa de la Fed a recortar las tasas es una mala praxis monetaria”. Sin embargo, los mercados no esperan una baja antes de septiembre.
Cambios en la recopilación de datos preocupan a los analistas
La administración Trump, en su intento de reducir el tamaño del gobierno, implementó una congelación de contrataciones que afecta directamente a la BLS. Desde abril, se han reducido las muestras y suspendido totalmente las recolecciones en ciudades como Lincoln, Nebraska; Provo, Utah; y Buffalo, Nueva York.
Aunque la BLS afirma que el impacto será “mínimo”, BNP Paribas advirtió que los subíndices podrían volverse más volátiles por el uso ampliado de modelos estadísticos para completar datos faltantes.
¿Qué viene ahora?
Alexandra Wilson-Elizondo, de Goldman Sachs Asset Management, explicó que “los aranceles no están teniendo un gran impacto inmediato porque las empresas han estado utilizando los inventarios existentes o ajustando lentamente los precios debido a la incertidumbre de la demanda”. Agregó que se espera estabilidad en los precios de servicios, lo que limitaría la inflación general en los próximos meses.
Con la inflación todavía bajo control y el mercado laboral dando señales mixtas, la presión sobre la Reserva Federal aumenta. Pero la posibilidad de un repunte inflacionario derivado de las tarifas sigue latente. El verano podría ser el verdadero termómetro de este nuevo ciclo económico.