No hubo sorpresas, pero sí tensión. La votación fue estrictamente partidista y la polémica no tardó en incendiar el debate.
El Senado confirmó este jueves a Billy Long como nuevo comisionado del IRS, una decisión que podría reconfigurar la relación entre los contribuyentes y la agencia fiscal justo cuando enfrenta recortes presupuestarios sustanciales. La nominación del excongresista de Missouri, propuesta por el presidente Donald Trump, generó dudas entre demócratas y expertos del ámbito tributario, especialmente por su cercanía con el mandatario y su historial legislativo.
Durante su audiencia ante el Comité de Finanzas del Senado en mayo, Long fue interrogado sobre la influencia de Trump en el IRS. Respondió tajante: “El IRS no será, no debería ser politizado bajo mi supervisión”. En un testimonio escrito, agregó que “cumpliría la ley” ante cualquier solicitud de favores políticos por parte del presidente.
Pese a esas declaraciones, el proceso fue calificado como “bastante controvertido” por Carl Tobias, profesor de derecho en la Universidad de Richmond. La oposición demócrata se centró en los vínculos de Long con créditos fiscales dudosos y en el posible impacto de su gestión sobre programas clave de asistencia fiscal.
El nombramiento llega en un momento crítico para el IRS, que podría sufrir limitaciones severas tras la aprobación del paquete de gastos impulsado por Trump. Aunque Long ha prometido mantener la independencia institucional, aún es incierto cómo equilibrará las demandas políticas con las necesidades de millones de contribuyentes.
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