El mercado cripto, que venía recuperando impulso, sufrió un duro golpe tras los ataques de Estados Unidos en Medio Oriente. Bitcoin cayó fugazmente por debajo de los $99,000 el domingo, marcando su nivel más bajo desde mayo. Ether también sufrió, desplomándose más del 10% antes de recortar pérdidas.
La presión vino desde dos frentes: la amenaza de Irán de cerrar el Estrecho de Ormuz —arteria clave del suministro mundial de petróleo— y el temor a que el petróleo supere los $130 por barril, como advirtió JPMorgan. Una firma de análisis macroeconómico estimó que eso podría devolver la inflación de EE. UU. al 5%, nivel que no se veía desde marzo de 2023.
El efecto fue inmediato: los operadores huyeron de activos especulativos. Aunque el bitcoin suele venderse como refugio ante la inflación, actuó más como una acción tecnológica sensible al riesgo.
Según Kaiko, su correlación con el Nasdaq ha aumentado en las últimas semanas. Y el entusiasmo de los grandes inversores también se apagó: los ETFs de bitcoin al contado registraron más de $1,040 millones en entradas entre lunes y miércoles, pero el flujo se evaporó el jueves y viernes, justo cuando Donald Trump abandonó el G7 y anunció una revisión de las opciones de EE. UU. sobre Irán.
CoinGlass reportó que la caída por debajo de los $99,000 desató liquidaciones masivas en derivados. Más de $1,000 millones se esfumaron en 24 horas, con 95% de las pérdidas provenientes de posiciones largas. El mercado cripto volvió a temblar, y esta vez fue geopolítica pura.
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