En enero, el presidente Donald Trump prometió enviar hasta 30,000 migrantes a la base naval de Guantánamo, en Cuba, sin embargo, lo que parecía una operación migratoria a gran escala ha resultado en una incógnita sin respuestas claras.
Hasta junio apenas se han trasladado unos 500 inmigrantes que se encontraban en situación irregular sobre suelo estadounidense. La cifra, muy por debajo de lo anunciado, ha encendido alarmas sobre el verdadero propósito del plan y su enorme costo.
El plan migratorio estrella de la Casa Blanca desata críticas por su costo desorbitado y sus oscuros objetivos. Documentos oficiales y testimonios del Congreso revelan que más de $40 millones se gastaron solo en los primeros dos meses, sin incluir los costos de transporte. Vuelos chárter que alcanzan hasta $27,000 por hora y un costo diario por migrante de aproximadamente $100,000 han hecho que muchos cuestionen la estrategia.
Operación sin lógica aparente
El Departamento de Seguridad Nacional se limitó a calificar los informes como “noticia falsa” cuando NPR pidió explicaciones. No obstante, congresistas que visitaron la base en marzo confirmaron que solo 87 migrantes estaban detenidos el día de su inspección.
“Me parece indignante”, declaró el senador demócrata Gary Peters. “Los llevamos en avión, los retenemos un tiempo y luego los regresamos a Estados Unidos”.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, sostuvo que Guantánamo se usa para el “tránsito temporal”. Pero los documentos judiciales lo describen como una etapa previa a la deportación definitiva. Lo curioso es que algunos migrantes permanecen solo unos días antes de ser devueltos a EE. UU. o deportados a terceros países sin justificación clara.
¿Teatro migratorio o estrategia de intimidación?
Para Lee Gelernt, abogado de la ACLU, no hay duda: “El único objetivo es asustar a los inmigrantes y crear este teatro”. Asegura que muchos de los detenidos no tienen antecedentes penales, y sin embargo, el gobierno los traslada a Guantánamo para luego liberarlos o deportarlos como si fueran criminales.
El congresista republicano Mike Collins fue más allá en un video en Instagram: “No se me ocurre un lugar mejor que Guantánamo para enviar a estos matones, violadores, asesinos, narcotraficantes y traficantes de personas”. Sin embargo, los expedientes judiciales muestran que la mayoría de los migrantes trasladados no tienen cargos criminales.
Cientos de millones por un plan estancado
A pesar del gasto millonario y la retórica encendida, el plan dista mucho de alcanzar la meta de 30,000 personas. Incluso con cientos de carpas instaladas, la capacidad de la base es de solo 200 migrantes a la vez. La realidad parece confirmar lo que los críticos advirtieron desde el principio: el plan de Trump enfrenta limitaciones logísticas, legales y humanas.
La pregunta ahora no es si Guantánamo puede albergar a miles de migrantes. Es por qué están enviando a algunos por solo unos días, a un costo de seis cifras diarias, sin un destino claro ni una política coherente.
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