Parecía una combinación perfecta: donas calientes junto a hamburguesas icónicas. Pero la alianza que prometía convertirse en un fenómeno nacional terminó antes de madurar del todo.
Krispy Kreme y McDonald’s decidieron poner fin a su sociedad a partir del 2 de julio. La cadena de donas con sede en Charlotte, Carolina del Norte, explicó que los costos del acuerdo eran insostenibles. “Finalmente, los esfuerzos por adecuar nuestros costos a la demanda unitaria no tuvieron éxito, lo que hizo que la asociación fuera insostenible para nosotros”, afirmó Josh Charlesworth, director ejecutivo de Krispy Kreme.
El acuerdo permitió que alrededor de 2,400 restaurantes McDonald’s en Estados Unidos ofrecieran las famosas donas, parte de un plan para posicionar a Krispy Kreme como una marca nacional. Pero apenas un año después de su lanzamiento, la empresa ya había comenzado a reevaluar el modelo de negocio, retirando incluso sus previsiones anuales y suspendiendo dividendos trimestrales. La cautela se impuso frente a una economía incierta.
La ruptura fue descrita como una decisión mutua. McDonald’s, por su parte, minimizó el impacto en su negocio.
“Tuvimos una sólida colaboración con Krispy Kreme y nos entregaron un producto excelente y de alta calidad”, aseguró Alyssa Buetikofer, directora de Marketing y Experiencia del Cliente de McDonald’s USA. Aclaró que la alianza había cumplido con sus expectativas, pero reconoció que “este también debía ser un modelo de negocio rentable para Krispy Kreme”.
Ambas compañías coincidieron en que las donas representaban una porción pequeña e inmaterial dentro del negocio de desayuno de McDonald’s. Ahora, Krispy Kreme centrará sus esfuerzos en ampliar su presencia en puntos minoristas de gran volumen y en expandir sus franquicias internacionales, buscando sostenibilidad más allá de los arcos dorados.
Mantente al día en la actualidad financiera conectándote a la señal en vivo de Comercio TV aquí.