Una ola de comentarios, rumores y cifras récord puso este miércoles a los mercados en alerta. Las pantallas se tiñeron de verde para BP, mientras el viejo fantasma de las grandes fusiones energéticas volvió a sobrevolar el sector.
Según un informe de The Wall Street Journal, Shell habría iniciado conversaciones preliminares para adquirir a BP, una operación que podría convertirse en la mayor de su tipo desde la fusión de Exxon y Mobil en los años noventa.
El solo rumor bastó para impulsar las acciones de BP más de 10%, alcanzando los $32.94 durante la sesión. Pero la euforia no duró mucho: Shell fue tajante al negar cualquier negociación. “Esto es pura especulación del mercado. No hay conversaciones”, declaró un portavoz a CNBC.
BP, actualmente valorada en cerca de $80,000 millones, podría ser vendida en partes a distintas compañías, según fuentes cercanas al tema. Lo cierto es que la británica ha tenido un desempeño inferior frente a Shell y otras petroleras estadounidenses, lo que ha disparado las especulaciones sobre una posible venta o reestructuración.
Hace cinco años, BP apostó por un giro radical hacia las energías renovables, con metas ambiciosas de reducción de emisiones. Sin embargo, los pobres resultados financieros y la presión de los accionistas llevaron a la empresa a recortar su inversión en renovables y volver al petróleo y gas. “El intento de BP de convertirse en una empresa verde fue sin duda un grave error”, sentenció Paul Sankey de Sankey Research.
En abril, Elliott Management adquirió más del 5% de BP, intensificando la presión para centrarse en su negocio fósil. Mientras tanto, la tensión crece: ¿está BP al borde de un nuevo destino?.
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