La cifra puede parecer alentadora, pero detrás de los números se esconde una historia menos optimista. El panorama del empleo en Estados Unidos sigue mostrando signos de fragilidad que los titulares no revelan de inmediato.
En la semana que terminó el 21 de junio, las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo cayeron en 10,000, situándose en 236,000, por debajo de las expectativas del mercado, que preveían una cifra sin cambios respecto a la semana anterior. Aunque el dato podría interpretarse como un indicio de estabilidad, se mantiene por encima del promedio registrado a lo largo del año, lo que apunta a una moderación persistente en el mercado laboral.
Más preocupante aún es el aumento de las solicitudes continuas, que crecieron en 37.000 y alcanzaron 1,974,000, su nivel más alto desde noviembre de 2021. Este incremento sugiere que las personas que ya han perdido su empleo están encontrando cada vez más dificultades para reinsertarse laboralmente.
El Departamento de Trabajo de EE. UU. considera esta cifra un termómetro clave del mercado laboral, pues refleja la duración del desempleo y las perspectivas reales de recontratación.
En paralelo, las solicitudes iniciales de subsidio por parte de empleados del gobierno federal, que han sido objeto de atención tras los recortes impulsados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), disminuyeron en apenas 55, quedando en 480 durante la segunda semana de junio.
Aunque la caída de las solicitudes iniciales ha sido recibida con cierto alivio, la persistencia del desempleo y el aumento de las solicitudes pendientes revelan un mercado que aún no se recupera completamente. Los analistas advierten que “los datos deben leerse con cautela”, ya que podrían anticipar una desaceleración económica más profunda en los próximos meses.
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