En los pasillos silenciosos de los rascacielos de Manhattan, los teléfonos comenzaron a sonar antes del amanecer. El aire no traía noticias económicas ni informes corporativos, sino una sacudida política que nadie esperaba.
Un socialista toma la delantera
Zohran Mamdani, un socialista demócrata hasta ahora con escasa exposición mediática, derrotó al exgobernador Andrew Cuomo en las primarias demócratas por la alcaldía de Nueva York. La noticia cayó como una bomba entre las élites financieras.
“Es oficialmente el caluroso verano comunista”, escribió Dan Loeb, CEO de Third Point y uno de los principales financistas de Cuomo. El mensaje, aunque sarcástico, reflejaba el desconcierto de una comunidad acostumbrada a marcar el rumbo político.
Cuomo, respaldado por pesos pesados como Michael Bloomberg y Bill Ackman, partía como favorito. Hasta el 27 de mayo, tenía una probabilidad del 92.5% de ganar, según Polymarket. Anuncios negativos financiados por super PACs e inversores como Whitney Tilson atacaron sin tregua a Mamdani, pero el resultado final fue otro: Mamdani superó por nueve puntos en la votación anticipada y mantuvo su ventaja durante todo el escrutinio.
La propuesta que sacude al establishment
El plan de gobierno de Mamdani ha puesto a temblar a Wall Street: impuestos más altos a quienes ganan más de $1 millón al año, congelamiento de alquileres estabilizados, una inversión de $70.000 millones en vivienda pública, transporte gratuito y supermercados estatales.
Ricky Sandler, director de Eminence Capital, fue directo: “Si Mamdani llega a la alcaldía, probablemente trasladaré mi negocio y mi familia fuera de Nueva York”.
Desde la noche de la derrota, figuras clave del sector financiero activaron reuniones privadas para diseñar una estrategia. Se planteó apoyar a Eric Adams bajo partidos alternativos, bloquear el avance de Mamdani con una campaña financiada con $20 millones, e incluso convencer a Curtis Sliwa de abandonar la carrera a cambio de un cargo en la administración Trump.
Opiniones divididas en el corazón financiero
No todos comparten el pesimismo. Philippe Laffont, fundador de Coatue Management, recordó que la ciudad sobrevivió a la administración de Bill de Blasio: “Nueva York es realmente fuerte, espero que suceda lo mismo”. Sin embargo, otros como Anthony Pompliano, CEO de Professional Capital Management, fueron tajantes: “El socialismo no funciona. Ha fracasado en todas las ciudades estadounidenses donde se ha probado”.
Curiosamente, Mamdani recibió más donaciones individuales desde bancos como Goldman Sachs que Cuomo. La mayoría provinieron de ingenieros de software y personal técnico, no de altos ejecutivos. Algunos banqueros lo apoyaron en secreto; uno incluso intentó donar bajo un nombre falso. La campaña de Cuomo careció del entusiasmo que impulsó a Mamdani, incluso entre sus supuestos aliados. “La competencia es una gran cualidad, pero no impulsó a sus simpatizantes a votar”, admitió Ed Skyler, ejecutivo de Citigroup.
El futuro en juego
Wall Street ahora calcula riesgos. Desarrolladores ya estudian mover sus inversiones a ciudades como Miami o Dallas. Gerentes como Sander Gerber reportan empleados “pensando en irse”. El temor no solo es fiscal o económico: también hay preocupación por la delincuencia y el antisemitismo.
Con las elecciones generales aún por delante, la batalla por el futuro de Nueva York recién comienza.
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