Los usuarios europeos de criptomonedas recibieron una oferta que parecía demasiado buena para ser verdad. Y, al parecer, lo era.
OpenAI lanzó una advertencia pública luego de que Robinhood anunciara el lanzamiento de tokens vinculados a su empresa, así como a SpaceX. “Estos ‘tokens de OpenAI’ no son acciones de OpenAI”, declaró tajantemente la compañía en X.
“No colaboramos con Robinhood, no participamos en esto y no lo respaldamos”. La firma liderada por Sam Altman fue más allá y advirtió que “cualquier transferencia de capital de OpenAI requiere nuestra aprobación; no aprobamos ninguna transferencia”.
Robinhood, por su parte, reveló la iniciativa desde Cannes, Francia, en un evento donde presentó una batería de nuevos productos: acciones tokenizadas, opciones de staking y una novedosa infraestructura blockchain. La plataforma aseguró que los tokens “brindan a los inversores minoristas exposición indirecta a los mercados privados” gracias a la participación en un vehículo de propósito especial.
La oferta incluyó tokens valorados en 5 euros para usuarios de la Unión Europea que se registraran antes del 7 de julio. Sin embargo, el producto fue emitido bajo un marco regulatorio más laxo y permanece inaccesible para los usuarios de Estados Unidos.
Johann Kerbrat, vicepresidente sénior y director general de criptomonedas de Robinhood, defendió la decisión afirmando: “El objetivo de la tokenización es que cualquiera pueda participar en esta economía”.
Tras el anuncio, las acciones de Robinhood se dispararon por encima de los $100, alcanzando un máximo histórico. Pero la controversia con OpenAI dejó al descubierto las tensiones entre las ambiciones descentralizadas del ecosistema cripto y los límites legales impuestos por las empresas que no consienten estas representaciones digitales.
Mantente al día en la actualidad financiera conectándote a la señal en vivo de Comercio TV aquí.