Mientras Washington se prepara para un nuevo ciclo electoral, la administración Trump vuelve a apostar por una de sus banderas más controvertidas: la política migratoria de mano dura.
Este lunes, el Departamento de Seguridad Nacional anunció que revocará el Estatus de Protección Temporal (TPS) para ciudadanos de Honduras y Nicaragua, afectando directamente a más de 76,000 personas que han residido legalmente en Estados Unidos durante décadas.
Una política de décadas al borde del colapso
El TPS, creado en 1990 por el Congreso, otorga permisos de trabajo y protección contra la deportación a ciudadanos de países afectados por guerras, desastres naturales u otras crisis humanitarias. En el caso de Honduras y Nicaragua, las protecciones fueron implementadas tras la devastación causada por el huracán Mitch en 1998, un fenómeno que dejó miles de muertos y obligó a abandonar comunidades enteras.
Sin embargo, la administración Trump sostiene que esas condiciones ya no existen. En los avisos oficiales, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, justificó la decisión afirmando que ambos países han mejorado lo suficiente como para recibir de vuelta a sus ciudadanos. “El Estatus de Protección Temporal, como su propio nombre lo indica, es un estatus inherentemente temporal”, señala el documento.
Más deportaciones y menos opciones legales
A partir de septiembre, los más de 72,000 hondureños y 4,000 nicaragüenses que actualmente gozan del TPS quedarán expuestos a la deportación, salvo que encuentren otra vía legal para permanecer en el país. Muchos de ellos llegaron en los años 90, han construido sus vidas en suelo estadounidense y tienen hijos ciudadanos.
“Estas familias han estado aquí desde la década de 1990, trabajando arduamente y contribuyendo a nuestro estado y país durante décadas”, advirtió la senadora demócrata Catherine Cortez Masto.
Corte Suprema y otros países en la mira
Aunque los intentos por eliminar el TPS han enfrentado batallas legales, la Corte Suprema autorizó esta primavera a revocar el estatus a cientos de miles de venezolanos, lo que dio vía libre para acelerar otras cancelaciones. Además de Honduras y Nicaragua, el gobierno de Trump ha avanzado en eliminar las protecciones para inmigrantes de Afganistán, Camerún, Haití, Nepal y Venezuela.
Un cambio radical frente a Biden
A diferencia de la administración Biden, que amplió el TPS para incluir a cientos de miles de haitianos y venezolanos, Trump busca desmantelar el programa por completo como parte de lo que promete será “la mayor campaña de deportación en la historia de Estados Unidos”. Según analistas, este enfoque endurecido podría redefinir el panorama migratorio y legal para miles de familias que llevan más de 20 años construyendo su vida en el país.
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