Mientras los mercados debatían el futuro de la inflación y la deuda, en Washington se encendieron luces verdes en el Departamento del Tesoro. Junio trajo un cambio de ritmo que, aunque temporal, podría marcar un punto de inflexión en la narrativa fiscal de Estados Unidos.
Los aranceles, el salvavidas inesperado del balance federal
Contra todo pronóstico, el gobierno federal registró un superávit superior a $27,000 millones en junio, tras haber acumulado un déficit de $316,000 millones solo un mes antes. Este giro fue impulsado, en parte, por el agresivo programa arancelario del presidente Donald Trump. Según el informe del Tesoro, los ingresos por derechos de aduana sumaron $27,000 millones en junio, un aumento del 301% respecto al mismo mes de 2024 y casi $4,000 millones más que en mayo.
“Los aranceles han sido clave para estabilizar los ingresos”, señaló un funcionario del Tesoro, subrayando que el superávit se alcanzó en un contexto de caída del 7% en el gasto federal y un alza del 13% en los ingresos totales. De hecho, en lo que va del año fiscal, los ingresos han crecido 7%, mientras que el gasto aumentó solo 6%.
El costo de la deuda y su impacto
Pero no todo son buenas noticias. A pesar del respiro fiscal, la deuda nacional continúa generando enormes compromisos. Solo en junio, los intereses netos pagados por los $36 billones de deuda nacional sumaron $84,000 millones. Para el año completo, esta cifra podría alcanzar los $1.2 billones, según estimaciones oficiales. De hecho, el pago de intereses solo es superado por la Seguridad Social dentro del gasto federal.
El presidente Trump ha presionado a la Reserva Federal para que baje las tasas de interés, con el objetivo de aliviar esta carga. Sin embargo, el presidente de la Fed, Jerome Powell, se ha mostrado reticente, argumentando que el efecto inflacionario de los aranceles aún no está claro.
A esto se suma que el nuevo paquete de gastos “grande y hermoso” firmado por Trump podría añadir otros $3.4 billones a la deuda en la próxima década, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Un superávit con fecha de vencimiento
A pesar del alivio de junio, el déficit fiscal acumulado en lo que va del año asciende a $1.34 billones, un 5% más que en 2024. Y si se excluyen ajustes de calendario, el Tesoro admite que el mes habría cerrado con un déficit de $70,000 millones. Con tres meses fiscales aún por delante, la sostenibilidad del superávit sigue en duda.
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