Mientras los trabajadores que dependen de las propinas intentan descifrar los alcances reales del nuevo beneficio fiscal aprobado por el Congreso, la incertidumbre sigue marcando el ambiente. A falta de una guía oficial del IRS, quienes buscan acogerse a la nueva deducción impulsada por Donald Trump navegan entre tecnicismos y ambigüedades legales.
Una promesa con letra pequeña
La disposición “sin impuestos a las propinas”, incluida en el llamado “gran y hermoso proyecto de ley”, ha sido anunciada como una medida emblemática de alivio para los trabajadores de bajos ingresos. Sin embargo, la ley no exime del pago de impuestos sobre las propinas, sino que permite una deducción de hasta $25,000, válida de 2025 a 2028, y restringida para quienes ganan menos de $150,000 anuales.
A pesar del entusiasmo inicial, expertos advierten que el panorama no es tan claro. “Estamos mirando una bola de cristal”, señaló Larry Gray, contador público en Missouri y enlace del IRS, aludiendo a la falta de detalles sobre qué profesiones califican. El IRS se ha comprometido a emitir aclaraciones en octubre, pero hasta entonces, reina la especulación.
Además, el texto legal excluye explícitamente a actores, músicos, dramaturgos y directores, limitando aún más el universo de beneficiarios. De los aproximadamente 4 millones de trabajadores en ocupaciones con propinas, sólo una fracción calificará para la deducción, según datos de The Budget Lab de Yale.
¿Qué cuenta realmente como propina?
La ley define como “propinas calificadas” aquellas en efectivo o añadidas por el cliente mediante tarjeta de crédito, siempre que se entreguen de forma voluntaria. Esto deja fuera las gratificaciones automáticas o los cargos por servicio, comunes en restaurantes. “Es difícil argumentar que se trata de algo voluntario”, advirtió Ben Henry-Moreland, asesor de Kitces.com, sobre estas propinas forzadas.
Otro requisito clave para acceder a la deducción es que las propinas hayan sido “reportadas adecuadamente” al IRS, ya sea mediante formularios W-2 o 1099. No obstante, este aspecto genera confusión, especialmente entre trabajadores de plataformas como Uber, Lyft, PayPal o Venmo, donde los ingresos a menudo escapan del radar tradicional.
La legislación firmada por Trump también elevó los umbrales para reportar ciertas transacciones: en 2025, el formulario 1099-K solo se requerirá para quienes superen los $20,000 en ingresos y las 200 transacciones, muy por encima del límite anterior de $2,500. A partir de 2026, el umbral del formulario 1099-NEC subirá de $600 a $2,000.
Esta relajación en los requisitos de reporte podría dificultar aún más la verificación de las propinas efectivamente recibidas. “El problema con esta disposición de ‘sin impuestos a las propinas’ es que, para empezar, muchas propinas no se declaran”, afirmó Henry-Moreland.
En medio de esta maraña de condiciones, deducciones y exclusiones, la promesa de alivio fiscal para millones de trabajadores aún parece lejana. Por ahora, más que una victoria clara, el plan de Trump se percibe como un complejo rompecabezas legislativo que aún necesita ser armado.
Mantente al día en la actualidad financiera conectándote a la señal en vivo de Comercio TV aquí.