En una región que cada verano se tambalea entre huracanes e incendios forestales, pocos imaginaban que uno de los estados con políticas más hostiles hacia el medio ambiente daría un paso adelante sin precedentes. Pero mientras el resto del país debatía regulaciones y subsidios, Florida ya construía silenciosamente una red solar capaz de rivalizar con las de gigantes como Texas y California.
Lejos de depender de paneles en techos, el cambio vino por parte de las grandes compañías eléctricas. Florida Power & Light fue responsable de más del 70% de la capacidad solar instalada en el estado durante el último año. En total, se sumaron más de 3 gigavatios, superando por primera vez a California. “Esto no es casualidad”, advirtió Sylvia Leyva Martínez, analista sénior de Wood Mackenzie. “Florida está marcando la pauta del crecimiento solar nacional”.
Una revolución desde el sol… y sin ideología
La ironía es que este impulso llegó poco después de que el estado eliminara el cambio climático de sus prioridades políticas. “Las empresas de servicios públicos no están instalando energía solar porque sea ecológica”, explicó Martínez. “Lo hacen porque es más económico”.
La fórmula ha sido posible gracias a una normativa estatal que exime a ciertos proyectos de trámites burocráticos y por la creciente necesidad de energía barata ante la presión del gas natural. Incluso comunidades enteras están dando el salto: Babcock Ranch, diseñada para operar con energía solar, resistió sin cortes el embate del huracán Ian en 2022. “No nos quedamos sin electricidad, internet ni agua”, afirmó Don Bishop, residente del pueblo.
Obstáculos al horizonte
Pero no todo brilla. La Ley One Big Beautiful, firmada por Donald Trump en julio, acelera la eliminación de créditos fiscales para energías renovables. A partir de 2025, los propietarios ya no recibirán incentivos federales por instalar paneles solares. Zoë Gaston, de Wood Mackenzie, advirtió que esto “complica las cuentas”, anticipando una caída del 42% en instalaciones solares residenciales en los próximos cinco años.
El futuro de la energía solar en Florida dependerá de la capacidad de adaptación ante este nuevo escenario político. “Llevamos años probando esto”, dijo Syd Kitson, creador de Babcock Ranch. “Ahora se trata de ampliarlo. Se trata de demostrar que otros también pueden hacerlo”.
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