El mundo tecnológico vuelve a ser escenario de un choque de titanes. Las tensiones entre dos de las corporaciones más influyentes de Estados Unidos se intensifican mientras uno de los empresarios más mediáticos del planeta amenaza con mover ficha en los tribunales. Las acusaciones apuntan al corazón del negocio digital y a las reglas de juego en el competitivo ecosistema de las aplicaciones móviles.
Acusaciones de favoritismo en la App Store
Elon Musk encendió la polémica este lunes con un mensaje directo en X, asegurando que Apple “se está comportando de una manera que hace imposible que cualquier empresa de IA, aparte de OpenAI, alcance el número 1 en la App Store”, algo que, según él, constituye una “clara violación” de las leyes antimonopolio. El fundador de xAI sostuvo que emprenderá acciones legales “de inmediato” contra la compañía de Cupertino.
El magnate cuestionó que su aplicación Grok, la quinta más popular entre las apps gratuitas, no figure en la sección de “Imprescindibles” mientras que ChatGPT, de OpenAI, ocupa el primer puesto y recibe promoción destacada. “¿Estás jugando a la política?”, preguntó públicamente a Apple, insinuando un trato preferencial hacia su competidor.
Apple, fiel a su habitual hermetismo, declinó comentar sobre las acusaciones, mientras Musk recordaba que no es la primera vez que critica sus decisiones. El año pasado llegó a advertir que prohibiría los dispositivos Apple en sus empresas si integraban de forma nativa el software de OpenAI en sus sistemas operativos.
Un enfrentamiento que trasciende a Apple
La disputa no es solo contra la tecnológica del iPhone. Musk mantiene una larga enemistad con OpenAI, organización que cofundó en 2015 y de la que se desvinculó en 2018, tras afirmar que la inteligencia artificial podía ser “más peligrosa que las armas nucleares”. Hoy, su demanda contra la compañía y su CEO, Sam Altman, alega que la firma ha abandonado su misión original de desarrollar IA “para el beneficio de la humanidad”.
El lanzamiento reciente de Grok 4 por parte de xAI coincidió con la presentación de GPT-5, el nuevo modelo insignia de OpenAI, que recibió exposición preferente en la App Store. Para Musk, este tipo de decisiones alimenta un entorno en el que las grandes alianzas comerciales definen la visibilidad y el éxito de las plataformas de IA.
El conflicto llega en un contexto en el que Apple ya enfrenta presiones regulatorias. El Departamento de Justicia la demandó el año pasado por supuestas prácticas monopolísticas vinculadas al ecosistema del iPhone, y recientemente un fallo judicial le prohibió controlar los enlaces de pago o cobrar comisiones por ellos dentro de las aplicaciones.
Mientras la batalla legal se perfila, el choque entre Musk y Apple promete reconfigurar no solo las relaciones de poder en la industria tecnológica, sino también el acceso que millones de usuarios tendrán a las herramientas de inteligencia artificial en el futuro inmediato.
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