La industria aérea en Estados Unidos atraviesa una etapa de gran volatilidad y las compañías que se habían ganado un espacio en el segmento de bajo costo enfrentan un panorama cada vez más desafiante. Spirit Airlines, reconocida por sus aviones amarillos y su promesa de tarifas reducidas, aparece ahora en el centro de las dudas, atrapada entre pérdidas millonarias, advertencias de incumplimiento y crecientes tensiones internas.
Advertencias, pérdidas y tensiones crecientes
Cinco meses después de haber salido de la quiebra bajo el Capítulo 11, Spirit admitió que podría no resistir un año más sin nuevo financiamiento y que su procesador de tarjetas de crédito exige mayores garantías. La aerolínea había proyectado una ganancia neta de $252 millones para este año, pero en su último informe reconoció pérdidas de casi $257 millones en apenas tres meses, una señal devastadora para los mercados.
“Eso hizo que fuera mucho más improbable que tuvieran éxito sin haber abordado algunos de esos problemas”, advirtió Joe Rohlena, analista de Fitch Ratings, tras rebajar la calificación de la compañía. Brett Miller, abogado de quiebras, coincidió en que la aerolínea “no utilizó las herramientas que estaban a su disposición en el Capítulo 11” para renegociar contratos o ajustar su tamaño.
El golpe en Wall Street fue inmediato: las acciones de Spirit Aviation Holdings se desplomaron cerca de 58% después de la advertencia de “preocupación en marcha”. Mientras tanto, arrendadores de aeronaves comenzaron a ofrecer a rivales los cerca de 200 Airbus de la flota de Spirit, lo que desató rumores sobre una posible segunda quiebra.
Ajustes, recortes y un futuro incierto
La aerolínea ha reducido vuelos no rentables, vendido activos y aplicado recortes de personal. Aun así, sindicatos de pilotos y auxiliares de vuelo ya preparan a sus miembros para “peores noticias por venir”. La Asociación de Auxiliares de Vuelo-CWA alertó que “Spirit se encuentra en una situación financiera frágil, probablemente más frágil que en cualquier otro momento de los últimos 24 meses”.
El CEO Dave Davis intentó transmitir confianza en un memorando a empleados: “Los cambios que estamos realizando seguirán brindando a los consumidores el valor incomparable que esperan durante muchos años más”. Pero expertos como Brett Snyder ven difícil revertir el deterioro: “No tienes dónde dormir si quemas tu cama”.
Spirit carga además con problemas estructurales. El retiro de motores Pratt & Whitney en 2023, el fracaso de su intento de fusión con Frontier y la caída de su acuerdo con JetBlue tras un juicio antimonopolio, dejaron a la aerolínea aislada. Hoy, frente a sobreoferta de vuelos, caída de tarifas y aumento de costos laborales, su “estrella amarilla” parece apagarse.
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