La gobernadora de la Reserva Federal, Lisa Cook, afirmó el miércoles que no tiene intención de renunciar a su cargo tras las críticas surgidas en redes sociales. Cook respondió a publicaciones del director de la FHFA, William Pulte, quien mencionó un posible caso relacionado con una solicitud hipotecaria de hace cuatro años, previo a su llegada al banco central.
La funcionaria aseguró que está reuniendo la documentación necesaria para aclarar cualquier duda legítima sobre su historial financiero.
El episodio coincidió con nuevas tensiones políticas: el expresidente Donald Trump cuestionó la labor de la FED justo cuando Jerome Powell, presidente del organismo, advirtió desde Jackson Hole que las condiciones actuales podrían justificar futuros recortes en las tasas de interés. Powell señaló que, aunque el empleo y la actividad económica mantienen solidez, los riesgos a la baja crecen, el crecimiento pierde impulso y los aranceles impulsados por Trump vuelven a alimentar temores inflacionarios.
La polémica refleja el delicado equilibrio en el que se mueve la Reserva Federal, sujeta a presiones políticas en medio de un escenario económico incierto. Para las comunidades hispanas en Estados Unidos, cualquier ajuste en las tasas tiene impacto directo: desde el costo de las hipotecas y préstamos para pequeños negocios hasta la evolución de los precios de bienes básicos que afectan al consumo diario.
En Wall Street, las declaraciones de Powell mantuvieron la atención de los inversionistas, que evalúan si la Reserva Federal actuará pronto para aliviar las condiciones financieras.
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