La cadena de restaurantes Cracker Barrel Old Country Store enfrenta una ola de críticas tras presentar su nuevo logotipo y cambio de marca, lo que incluso arrastró sus acciones a una caída del 7% la semana pasada.
En un comunicado difundido el lunes, la compañía agradeció el interés del público y reconoció que la transición no fue bien comunicada: “Nos han demostrado que podríamos haber hecho un mejor trabajo compartiendo quiénes somos y quiénes seremos siempre”.
El rediseño eliminó la figura de “Tío Herschel”, un personaje apoyado en un barril que acompañaba el logotipo original, y también desapareció la frase “old country store”. El nuevo diseño se limita a las palabras “Cracker Barrel” sobre un contorno amarillo. Pese al cambio, la empresa aseguró que Herschel seguirá apareciendo en menús, señalización y tiendas.

Las reacciones en redes sociales calificaron el nuevo logotipo como “genérico” y “sin alma”. Algunos sectores conservadores criticaron que la compañía abandonara un símbolo considerado parte de su identidad tradicional estadounidense.
Cracker Barrel insistió en que sus valores permanecen intactos. La empresa señaló que sus restaurantes seguirán ofreciendo la decoración campestre característica: mecedoras en el porche, chimeneas encendidas, juegos de mesa clásicos y artículos vintage en sus tiendas.
Para las comunidades hispanas, el episodio refleja un aspecto clave de la relación con marcas tradicionales en EE.UU.: el apego emocional de los consumidores a la identidad cultural de ciertos negocios. Cracker Barrel, con más de 660 locales en todo el país, emplea a miles de trabajadores, muchos de ellos latinos en áreas de servicio y cocina. Una pérdida de clientela por fallas en el manejo de su imagen no solo impacta en bolsa, sino también en empleos y consumo local en regiones donde la cadena tiene fuerte presencia.
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