El compromiso de Taylor Swift con el jugador de la NFL Travis Kelce desató un efecto inmediato en los mercados bursátiles, confirmando nuevamente la influencia económica de la artista más popular del momento.
Las acciones de Signet Jewelers, uno de los pocos minoristas de joyería que cotizan en bolsa, avanzaron más de 6% el miércoles, sumándose a un repunte del 3% en la sesión previa, justo después de que Swift publicara las primeras imágenes del anillo en redes sociales. El diamante, de estilo cuadrado con bordes redondeados —conocido en la industria como talla cojín— generó especulaciones y comentarios de expertos, lo que atrajo aún más atención hacia la empresa.
Ralph Lauren, marca que vistieron ambos en la foto del anuncio, registró un alza de 0.5% tras haber subido 2% el día anterior. Analistas destacaron que la afinidad de Swift con la firma es un activo para su posicionamiento de marca en medio de un mercado competitivo.
En paralelo, American Eagle Outfitters se disparó más de 8% luego de anunciar una colaboración con la línea de ropa de Kelce, Tru Kolors, con el propio jugador liderando la campaña publicitaria.
El fenómeno se extendió más allá de la moda y la joyería. Marcas como Domino’s y GrubHub lanzaron promociones alusivas al compromiso, mientras la bebida Poppi aprovechó el momento con contenido en Instagram. Incluso los mercados de predicciones reaccionaron: en Kalshi, las apuestas sobre la posibilidad de boda antes de 2025 subieron inmediatamente después del anuncio.
Swift ya había mostrado su capacidad para mover la economía. Su gira “Eras Tour” fue señalada por analistas y la Reserva Federal como un catalizador de consumo tras la pandemia, con impacto en turismo, hostelería y entretenimiento. El compromiso refuerza esa narrativa: su vida personal no solo genera conversación cultural, también mueve capital en Wall Street.
Para la comunidad hispana en EE.UU., estos movimientos ilustran cómo la cultura pop puede tener repercusiones en sectores donde hay fuerte presencia laboral y de consumo. La moda accesible de American Eagle, los restaurantes de comida rápida y el gasto en entretenimiento son rubros donde millones de familias hispanas participan diariamente, lo que convierte estos fenómenos en algo más que titulares de farándula: son indicadores del pulso económico del consumo masivo.
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