El panorama comercial de Estados Unidos entró en un terreno incierto tras un fallo histórico que puso en entredicho la autoridad presidencial de Donald Trump. El Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el Circuito Federal determinó que el mandatario excedió sus facultades al imponer los llamados “aranceles recíprocos”, pieza clave de su agenda económica. La decisión afecta gravámenes que cubrían hasta el 69% de las importaciones, reduciendo el alcance a cerca de un 16% si se confirma en instancias superiores.
Aranceles bajo la lupa
La sentencia establece que los tributos decretados por Trump el 2 de abril, junto con los aplicados a México, Canadá y China, carecen de sustento legal bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA). “El poder central del Congreso para imponer impuestos como aranceles está otorgado exclusivamente al poder legislativo por la Constitución”, sostuvo el tribunal en una decisión dividida de 7 a 4. Los jueces dejaron vigentes los aranceles hasta el 14 de octubre para que la Casa Blanca prepare su apelación ante la Corte Suprema.
El fallo amenaza gravámenes que llegaban al 50% contra países como India y Brasil, además de un arancel base del 10% para la mayoría de las demás naciones. Incluso los impuestos a China, Canadá y México —justificados por la Casa Blanca como medida contra el tráfico de fentanilo— fueron declarados ilegales. Trump reaccionó con furia en redes sociales: “Si se mantiene, esta decisión literalmente destruiría a los Estados Unidos de América”.
Lo que sobrevive al fallo
Pese al revés, no toda la estrategia quedó en ruinas. Los aranceles sectoriales de la Sección 232 sobre acero y aluminio, recientemente ampliados al 50% y a más de 400 categorías de productos, no están alcanzados por la resolución judicial. “Los aranceles de la Sección 232 son fundamentales para la estrategia arancelaria del presidente Trump… es más probable que sobrevivan a un desafío legal”, explicó Mike Lowell, socio de Reed Smith.
Además, las tarifas a China heredadas del primer mandato y mantenidas por Joe Biden seguirán vigentes, al igual que la eliminación de la exención “de minimis”, que obliga a pagar impuestos por importaciones de más de $800, golpeando a pequeñas empresas y consumidores.
Para la comunidad latina en EE. UU., especialmente emprendedores y pequeños importadores, este fallo genera un escenario ambiguo. Si bien algunos aranceles caerían, otros de carácter sectorial se mantienen, lo que implica costos adicionales en insumos y bienes de consumo que afectan directamente los bolsillos de quienes operan en cadenas de valor transnacionales.
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