La percepción de estabilidad en el mercado de trabajo estadounidense se encuentra en su punto más frágil en más de una década. La más reciente encuesta de la Reserva Federal de Nueva York mostró que la esperanza de los trabajadores de poder cambiar de empleo sin quedar atrapados en el desempleo se ha desplomado a un nivel nunca visto desde que se inició el sondeo en 2013.
Los participantes indicaron que la probabilidad de encontrar un nuevo trabajo tras perder el actual cayó al 44.9%, una disminución de 5.8 puntos en un solo mes. La cifra refleja el fin de la era marcada por la “Gran Renuncia” de 2021 y 2022, cuando millones se atrevían a dejar sus empleos con la seguridad de hallar otro con rapidez. Hoy, ese fenómeno parece un recuerdo distante: en julio solo 3.2 millones abandonaron voluntariamente sus trabajos, más de 5% por debajo del año anterior.
“Los consumidores se sienten desanimados ante las oportunidades de encontrar trabajo, y esos sentimientos son totalmente lógicos”, advirtió Elizabeth Renter, economista sénior de NerdWallet. Agregó que “es muy difícil encontrar trabajo ahora mismo. Y es poco probable que mejore pronto. Los empleadores no están contratando mucho”.
La debilidad quedó en evidencia con el último reporte de la Oficina de Estadísticas Laborales: apenas se sumaron 22,000 empleos en agosto, muy lejos de los 75,000 que esperaba el mercado. La tasa de desempleo subió a 4.3%, mientras que la medida más amplia, que incluye a subempleados y desanimados, trepó a 8.1%, su nivel más alto desde 2021.
La expectativa ahora recae sobre la próxima decisión de la Reserva Federal. Con la reunión programada para el 17 de septiembre, los analistas anticipan el primer recorte de tasas desde diciembre de 2024, una señal de que la debilidad laboral está obligando a la autoridad monetaria a reaccionar antes de que el pesimismo se convierta en crisis.
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