En medio de una temporada cargada de tensiones mediáticas, la compañía más grande del entretenimiento decidió mover nuevamente las piezas en su negocio de streaming. La noticia llega justo después de días convulsos en torno a uno de sus programas de mayor polémica, lo que ha dejado a la audiencia dividida entre el enojo y la resignación.
Disney anunció que, a partir del 21 de octubre, varios de sus planes subirán de precio. El plan independiente con publicidad de Disney+ pasará de $9.99 a $11.99 por mes, mientras que el plan premium sin anuncios escalará de $15.99 a $18.99 mensuales o de $159.99 a $189.99 anuales. Los paquetes combinados tampoco se salvan: el de Disney+ y Hulu con publicidad subirá $2 al mes, y los que incluyen Disney+, Hulu y ESPN, así como aquellos que suman HBO Max, aumentarán $3 al mes. Solo los planes NFL+ se mantendrán sin cambios.
La última vez que la compañía aplicó incrementos fue en octubre de 2024, cuando los precios subieron entre $1 y $2. Esta vez, el alza coincide con la controversia generada por “Jimmy Kimmel Live!”, que fue retirado temporalmente del aire por ABC —subsidiaria de Disney— tras los comentarios de su presentador sobre el presunto asesino del activista conservador Charlie Kirk. El programa regresó días después, tras una ola de críticas y manifestaciones de apoyo a Kimmel en redes sociales.
Algunos usuarios reaccionaron con furia y anunciaron que cancelarán su suscripción en solidaridad. Para la comunidad latina en Estados Unidos, estos cambios representan un golpe directo al bolsillo. Con familias que suelen compartir suscripciones entre varios hogares, cada aumento obliga a reevaluar prioridades de gasto. El acceso al entretenimiento digital, que para muchos inmigrantes es una vía de conexión cultural y lingüística, se vuelve cada vez más costoso y excluyente.
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