En Buenos Días Wall Street de Comercio TV, el conductor Raúl David Chávez Millán sostuvo una entrevista exclusiva con el General (R.) Antonio José Rivero para analizar la creciente presencia militar de Estados Unidos en el Caribe y los riesgos de una estrategia de “tierra quemada” sobre la infraestructura petrolera venezolana. El oficial en retiro desgranó escenarios operativos, el rol de actores externos y los indicios que podrían marcar un salto desde la disuasión a acciones ofensivas.
Disuasión hoy, opción quirúrgica mañana
Rivero negó que Washington incurra en ambigüedad. A su juicio, la fase actual es “un despliegue aeronaval importantísimo” con propósito disuasivo. Si ese objetivo falla, advirtió, podría activarse “operaciones precisas, quirúrgicas”. La diferencia con intervenciones del pasado radica en las capacidades: “No necesitan tanta fuerza de intervención” porque la tecnología permite “atacar de manera precisa desde distintos vectores”.
Como señales tempranas de un salto operativo, citó: “incremento sostenido del dispositivo aeronaval”, énfasis público en “capturas de cabecillas” y “coordinación de unidades de operaciones especiales”. Subrayó que cualquier acción eficaz exige “seguridad interna”: estabilizar gobernabilidad, “reinstitucionalizar el Estado” y evitar represalias contra activos estratégicos. Fue tajante sobre la narrativa energética: “No es una invasión para robarse petróleo; es recuperar la República”.
Rusia, China e Irán: apoyo limitado y cinco miedos en el régimen
Aunque reconoció asesorías extranjeras, Rivero ponderó su alcance: la capacidad de contrapeso ruso, chino e iraní en Venezuela es “muy baja”. El tablero geopolítico importa, pero no altera su conclusión: “Es necesario resolver este problema” regional para no convivir con una amenaza “a 1,000–2,000 millas” del territorio estadounidense.
Rivero describió la psicología del poder en Caracas en cinco vectores: “miedo a perder la vida, la libertad, la familia, el país y los bienes”. De allí se desprende —dijo— el tono de los discursos y “acciones desesperadas”, como el llamado a armar civiles. A las Fuerzas Armadas les pidió “desobediencia” frente a órdenes de combate “que no van a superar jamás”, y a la ciudadanía, “organización y protección” para minimizar daños si la crisis escala. “No es invasión: es salvar la República”, reiteró.
Sobre la legitimidad, sostuvo que el 28 de julio pasado “la mayoría” rechazó la continuidad del régimen. En consecuencia, insistió en que la comunidad internacional no reconoce a Nicolás Maduro como autoridad legítima y que la meta de cualquier operación sería “capturar cabecillas, desmontar redes criminales y garantizar gobernabilidad”.
Rivero cerró con una advertencia operativa y política: “Si la disuasión no funciona, la acción llegará; lo crucial es evitar la ‘tierra quemada’ y asegurar el día después”.
A continuación el análisis completo y en exclusiva para Comercio TV:
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