En la nueva emisión de Buenos días Wall Street de Comercio TV, la conversación giró en torno a un libro que interpela más que promete: Un mundo virtual. Su autor, el ingeniero y profesor Antonio Luis Flores Galea —asesor de la Comisión Europea en tecnología e inteligencia artificial— expuso, por qué la revolución inmersiva no es un mañana hipotético, sino un presente que reordena nuestra vida cotidiana, la economía y el poder político.
Flores Galea describe una brecha de velocidades: los estados operan con inercias del siglo XX, mientras las grandes tecnológicas dictan el ritmo del XXI. “La tecnología está imprimiendo una velocidad muchísimo mayor de la que hemos visto nunca”, afirmó. El síntoma crucial, dice, ya se percibe en el aula: “Empiezan a confiar más en lo que les ofrecen los servicios digitales… que en el propio Estado”. Esa mudanza de lealtades se traduce en presión regulatoria y, sobre todo, en una gobernanza de facto donde corporaciones globales pueden “llegar a cambiar leyes y la forma en la que se organiza una sociedad”.
El experto dijo además que el metaverso aún no ha sido adoptado masivamente, pero sus barreras se desmoronan. La primera, el dispositivo: “Eran muy pesados, complicados y costosos; esa barrera se va a romper”. La segunda, la red: con 5G/5.5G y 6G “todo eso va a quedar resuelto”.
Crecerá exponencialmente el mercado de servicios: trabajo, compras, educación, trámites y ocio en entornos hiperrealistas, mezclando lo físico y lo digital hasta volverlos indistinguibles. “El metaverso va a estar combinado con el mundo físico… muchas veces no se va a diferenciar”. Plazos: “En el plazo de un año vamos a estar experimentando servicios”, y “en menos de 5 años ya tendremos prácticamente todo”.
La IA será el acelerante. Más allá de la generativa, la IA predictiva anticipará conductas y adaptará el entorno en segundos. “Los sistemas… estarán prediciendo lo que vamos a hacer dentro de 5 segundos y adaptarán todo el entorno”. Comodidad, sí, pero a un costo: si el “para qué” viene precargado por algoritmos, la libertad se reduce a recuperar esa pregunta. “Nuestra libertad va a quedar en podernos hacer esa pregunta: ¿para qué voy a hacer algo?”.
En lo íntimo, anticipa vínculos con avatares —incluidas réplicas de fallecidos— y un giro social “mucho más individualista”, con riesgos psicológicos y de aislamiento. Sobre quién mandará en ese espacio sin territorio, advirtió: “No se sabe qué leyes van a regir… cuando las grandes corporaciones empiecen a lanzar sus metaversos, van a gobernar ellas con sus reglas”.
Vea la entrevista completa y el análisis de Antonio Luis Flores Galea a continuación:
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