El Capitolio sigue sumido en un ambiente de parálisis política. Las luces permanecen encendidas, pero las negociaciones se apagan lentamente mientras el cierre del gobierno avanza hacia su tercera semana. Lo que en otros tiempos habría motivado la formación de coaliciones bipartidistas hoy se enfrenta a un obstáculo central: la desconfianza demócrata hacia el presidente Donald Trump.
En anteriores disputas presupuestarias, pequeños grupos de legisladores —conocidos como “pandillas”— lograban acuerdos que luego abrían el camino a un consenso mayor. Esta vez, ni siquiera esas conversaciones informales parecen posibles. “¿De qué sirve un acuerdo si el presidente se considera su propia ley y no respeta las normas?”, afirmó el senador demócrata Richard Blumenthal.
Aunque algunos republicanos como Josh Hawley apoyan propuestas demócratas, como la extensión de los créditos fiscales de salud del Obamacare, no ha surgido ningún grupo estable que impulse una salida. Trump, junto con el líder del Senado John Thune y el presidente de la Cámara Mike Johnson, sostiene que las negociaciones solo pueden comenzar una vez reanudadas las operaciones del gobierno.
Los demócratas, encabezados por Hakeem Jeffries, insisten en que no se puede confiar en la palabra de la administración. “Necesitamos un camino férreo que aborde la crisis sanitaria republicana”, dijo. Otros, como Mark Kelly, creen que el único modo de destrabar el conflicto es que el propio Trump se siente a negociar: “Así es como termina esto”.
La falta de confianza se profundizó después de que la Casa Blanca cancelara miles de millones de dólares previamente aprobados por el Congreso. Según una encuesta de CNBC, el 53% de los estadounidenses culpa a Trump y a los republicanos por el cierre, frente al 37% que responsabiliza a los demócratas, lo que deja a la oposición en una posición política más cómoda ante la opinión pública.
No te pierdas la señal en vivo de Comercio TV aquí y mantente al día en la actualidad financiera








