La geopolítica y la innovación tecnológica podrían entrelazarse en un proyecto que parece sacado de la ciencia ficción. Una propuesta impulsada desde Moscú plantea unir a Rusia y Estados Unidos mediante un túnel ferroviario submarino, y el presidente Donald Trump aseguró que está dispuesto a considerarla.
“Esa es interesante. Tendremos que pensarlo. No lo había oído”, respondió Trump al ser consultado sobre la idea del Kremlin de conectar el estrecho de Bering a través de un túnel diseñado por Elon Musk y su empresa The Boring Company. El mandatario ruso Vladimir Putin, según su asesor de inversiones Kirill Dmitriev, habría sugerido que el proyecto se financie parcialmente con fondos del gobierno ruso.
Dmitriev lo describió como “un enlace de 70 millas que simbolizaría la unidad” y estimó que el costo podría reducirse de los tradicionales $65,000 millones a cerca de $8,000 millones si se utiliza la tecnología de Musk, quien podría completar la obra en ocho años. “¡Construyamos un futuro juntos!”, escribió el funcionario en la red X.
El entusiasmo ruso contrasta con la reacción del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, quien dijo estar “no contento” con la iniciativa tras escuchar la respuesta de Trump. La propuesta surgió después de una llamada entre Putin y Trump para discutir posibles avances hacia una solución diplomática al conflicto en Ucrania.
Sin embargo, The Boring Company enfrenta cuestionamientos: fue multada en Nevada por violaciones ambientales y no tiene experiencia en condiciones extremas como las del Ártico. Su actual proyecto, el Music City Loop de 16 kilómetros en Nashville, Tennessee, ha generado protestas locales.
Musk no ha comentado públicamente sobre la idea, pero su historial de contactos con Putin y los lazos comerciales de Tesla con empresas rusas han reavivado el debate sobre la influencia del empresario en decisiones internacionales.
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