En un mercado donde cada movimiento del sector deportivo genera expectativas, la reacción de los inversionistas ante nuevos rumores empresariales volvió a poner en el centro a una marca que busca redefinir su rumbo competitivo.
Las acciones de Puma subieron hasta 16% el jueves, cerrando la jornada con un avance cercano a 13%, luego de que Bloomberg informara que Anta Sports de China figura entre las posibles compañías interesadas en adquirir la firma alemana. El reporte también mencionó a Li Ning y a Asics Corp como potenciales compradores. Puma evitó pronunciarse sobre el tema y Anta.
El repunte se da en un año adverso para la marca, cuyos títulos han caído más de la mitad debido a la creciente competencia en ropa deportiva y al impacto de aranceles que han debilitado la confianza del consumidor.
El nuevo director ejecutivo, Arthur Hoeld, asumió el cargo el 1 de julio con la tarea de enderezar la situación. Su plan contempla recortes de personal, reducción de líneas de producto y un giro en las estrategias de marketing. A finales de octubre, la empresa reiteró que busca posicionarse entre las “3 principales marcas deportivas mundiales”, aun cuando sus ventas trimestrales retrocedieron a doble dígito. La compañía reconoció desafíos persistentes, entre ellos un impulso de marca insuficiente, aranceles en Estados Unidos y altos niveles de inventario.
El renovado interés de posibles compradores refleja cómo, incluso en momentos de dificultad, las compañías con legado global pueden convertirse en activos estratégicos para quienes buscan ampliar su presencia en un mercado en plena transformación.
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