En un momento en que las aerolíneas redoblan esfuerzos por conquistar a los pasajeros de mayor gasto, un nuevo movimiento estratégico empieza a tomar forma dentro de una de las compañías más populares del país. La iniciativa apunta a transformar la experiencia en tierra y fortalecer la competencia en un segmento donde todas buscan diferenciarse.
El director ejecutivo de Southwest, Bob Jordan, confirmó que la aerolínea está “buscando activamente” desarrollar una red de salas VIP en aeropuertos. En entrevista con la cadena estadounidense CNBC, afirmó que “las salas VIP serían un gran beneficio para nuestros clientes” y que una red propia incluso permitiría lanzar una tarjeta de crédito premium con acceso incluido.
Southwest ya analiza arrendamientos en aeropuertos junto a su socio Chase, y en octubre obtuvo aprobación para instalar su primera sala en el Aeropuerto Internacional Daniel K. Inouye de Honolulu.
Jordan evitó dar fechas, pero insistió en que “está claro que nuestros clientes quieren salas VIP y estamos buscando a esos clientes”, agregando que la compañía garantizará una red que “satisfaga las necesidades de la red que tenemos”. Su apuesta llega mientras aerolíneas como Delta y JetBlue, además de firmas como American Express, Capital One y Chase, expanden agresivamente sus propios salones, un factor decisivo para el 82% de los viajeros encuestados por JD Power.
El interés de Southwest por mejorar su oferta premium se suma a otros cambios recientes: la eliminación de asientos libres, nuevos cargos por equipaje facturado y wifi gratuito para miembros del programa de fidelización. Incluso Jordan dijo estar dispuesto a explorar proveedores como Starlink para mejorar la conectividad a bordo.
El avance hacia una red de salas VIP confirma que Southwest está reconfigurando su identidad para competir en un mercado donde la comodidad previa al vuelo se ha convertido en un diferenciador clave.
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