Durante semanas, los movimientos del mercado parecían responder a una mezcla de expectativas, promesas tecnológicas y decisiones corporativas que avanzaban a gran velocidad. Sin embargo, una serie de señales inesperadas empezó a alterar el ánimo de los inversores y a poner en cuestión el equilibrio de uno de los sectores más observados del momento.
CoreWeave, uno de los proveedores de infraestructura más visibles del boom de la inteligencia artificial, ha perdido cerca de $33,000 millones de valor bursátil en apenas 6 semanas, tras una caída acumulada de 46% en el precio de sus acciones. El retroceso coincidió con el aumento de los temores sobre una posible burbuja de la IA, los retrasos en proyectos clave y las críticas del vendedor en corto Jim Chanos, conocido por anticipar el colapso de Enron.
Parte de los problemas se originaron lejos de Wall Street. Fuertes lluvias y vientos en el norte de Texas retrasaron alrededor de 60 días la construcción de un centro de datos en Denton, afectando un complejo de unos 260 megavatios que CoreWeave planea arrendar a OpenAI. A ello se sumaron revisiones de diseño en otros proyectos y mensajes contradictorios del director ejecutivo, Michael Intrator, que inquietaron al mercado.
“Hubo un problema en un centro de datos que nos está afectando”, dijo inicialmente, antes de que el director financiero, Nitin Agrawal, aclarara que los retrasos se concentraban en “un proveedor de centros de datos”.
El modelo de CoreWeave se apoya en deuda de alto costo para adquirir miles de chips de Nvidia y alquilar capacidad informática a grandes clientes como OpenAI, Microsoft y Meta. Aunque sus ingresos trimestrales se dispararon hasta casi $1,400 millones desde $583 millones un año antes, la empresa sigue sin ser rentable y reportó una pérdida de $110 millones.
Gil Luria, analista de DA Davidson, advirtió que “los márgenes operativos, de alrededor de 4%, no cubren ni la mitad de los intereses que paga”.
La presión aumentó tras el fracaso de la oferta de compra de Core Scientific por $9,000 millones y el encarecimiento del financiamiento, con el costo de asegurar su deuda subiendo a 7.9 puntos porcentuales. “El mercado está preocupado por el valor a largo plazo de la IA”, resumió Sina Toussi, de Two Seas Capital.
El caso de CoreWeave refleja cómo el vertiginoso crecimiento de la inteligencia artificial convive con riesgos financieros, operativos y de credibilidad que el mercado ya no parece dispuesto a pasar por alto.
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