En medio de debates cada vez más intensos sobre el rumbo de la economía global y el impacto de la tecnología en la vida cotidiana, algunas voces influyentes empiezan a plantear escenarios que rompen con los esquemas tradicionales. La idea de seguridad financiera, el valor del dinero y hasta el sentido mismo del trabajo comienzan a ser cuestionados a la luz de los avances acelerados en inteligencia artificial y robótica.
Elon Musk sostuvo esta semana que el ahorro dejará de ser necesario en el futuro, al anticipar la llegada de lo que definió como un “ingreso universal alto”. El CEO de Tesla reaccionó a una publicación del inversionista Ray Dalio, quien anunció donaciones para impulsar las llamadas cuentas Trump, un nuevo mecanismo de ahorro e inversión creado por la Ley One Big Beautiful Bill para recién nacidos y jóvenes estadounidenses. “Sin duda, es un buen gesto de los Dell, pero no habrá pobreza en el futuro y, por lo tanto, no habrá necesidad de ahorrar”, escribió Musk en X. “Habrá ingresos altos universales”.
El empresario ha reiterado en varias ocasiones su convicción de que la inteligencia artificial y la robótica eliminarán tanto la pobreza como la necesidad de trabajar. En la conferencia Viva Technology de París, en mayo de 2024, fue aún más directo al abordar el impacto de estas tecnologías en el empleo. “En un escenario favorable, probablemente ninguno de nosotros tendrá trabajo”, afirmó. “Habrá una renta alta universal, y no una renta básica universal, sino una renta alta universal. No habrá escasez de bienes ni servicios”.
Musk estimó entonces que existe un 80% de probabilidades de que la IA conduzca a una realidad en la que los humanos tengan cubiertas todas sus necesidades sin depender de un empleo. Sin embargo, advirtió que ese futuro plantea interrogantes profundos. “La pregunta realmente será el significado… ¿tiene sentido tu vida?”, reflexionó, al contrastar un escenario benigno con otro en el que “todo está perdido”.
Para el magnate, a largo plazo “cualquier trabajo que alguien haga será opcional” y se convertirá en una actividad similar a un pasatiempo. Sus afirmaciones, que incluyen la idea de que “el dinero dejará de ser relevante”, vuelven a encender el debate sobre si la promesa tecnológica puede redefinir por completo la economía y el papel del ser humano en ella.
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