El fantasma del “dólar fuerte” ronda la economía estadounidense. Aunque pareciera positivo para un país que su moneda tenga un mayor valor frente a las demás, las cosas no son siempre lo que parecen.
Cuando la moneda de un país se “revalúa” esto significa que su sector exportador recibirá menos dinero por cada venta al extranjero. A mediano plazo si esta tendencia se mantiene, necesariamente los exportadores tendrán que subir el precio de sus productos para mantener los márgenes de ganancias mínimos, haciéndolos más costosos frente a la competencia, es decir, menos competitivos.
Precisamente hace unas semanas Trump acusó a China de devaluar (lo contrario a revaluar) deliberadamente su moneda para abaratar los productos “made in china” y de una manera “artificial” hacerlos más competitivos.
“China siempre ha usado la manipulación de la divisa para robar nuestros negocios y factorías, dañar nuestros empleos, bajar los sueldos de nuestros trabajadores y perjudicar nuestros precios agrícolas. ¡Pero ya no más!”. Declaro Trump a inicios de agosto.
La mala noticia para EEUU es que el dólar ha alcanzado su máximo valor de los últimos dos años como consecuencia de la desaceleración económica mundial y la agresiva política monetaria del resto de países que contrasta con las actuaciones de la FED. El índice del dólar estadounidense subió a 99.37, el más alto desde mayo de 2017, cuando llegó a 99.696.
“En el futuro, el dólar tendrá dificultades para caer, a menos que la Fed se vuelva agresivamente moderada, simplemente porque el crecimiento global sigue siendo mediocre y los bancos centrales mundiales están suavizando la política o están a punto de suavizarla”, dijo Tom Essaye, fundador del Informe Sevens.
Aunque más de $15 billones de bonos del gobierno de Estados Unidos se negocian con rendimientos negativos en todo el mundo, dentro de sus fronteras aún se mantienen en positivo.
La desaceleración de las principales economías del planeta junto a políticas monetarias más flexibles está presionando fuertemente al dólar. Por ejemplo, el Banco Central Europeo mantiene su tipo de interés en niveles negativos, mientras la FED fue reticente a hacer lo propio durante lo corrido del año y solo hasta julio redujo por primera vez su tipo de interés desde la crisis financiera.
A hoy no está claro si la Fed seguirá bajando las tasas regularmente o simplemente fue una medida temporal. Por lo pronto pareciera que debemos acostumbrarnos al dólar fuerte.
El presidente Donald Trump ha expresado en múltiples ocasiones su disgusto por el dólar fuerte y las consecuencias económicas que ello acarrea. Acusa a la FED de ser la causante. En Twitter, culpó a los niveles “altos” de tasas de interés del banco central, en comparación con otros países, como causante de la revaluación del dólar.
Trump ha solicitado al presidente de la Fed, Jerome Powell, que baje las tasas de interés y elogió al presidente del BCE, Mario Draghi, en la zona euro por hacer lo que él considera apropiado.
Este martes el euro se desplomó a un mínimo de 28 meses frente al dólar. Los mercados monetarios estiman una probabilidad del 80% de que el BCE reduzca nuevamente su tasa de referencia en 20 puntos básicos, luego de la reunión de la próxima semana.
Mientras la guerra comercial entre China y Estados Unidos persista, pareciera que el dólar fuerte nos acompañará por largo rato.