IBM se encuentra entre las dos únicas empresas tecnológicas de EE. UU., valoradas en $50 mil millones o más, que generaron rendimientos positivos en lo que va de 2022. La otra compañía fue VMware, adquirida en mayo por Broadcom, en un acuerdo de $61 mil millones.
Las acciones de IBM subieron un 6% durante 2022, mientras que las de VMware un 5% en el mismo periodo.
IBM está “negociando muy por encima de su rango histórico”, escribieron los analistas de Bernstein Research en una nota del 20 de diciembre a sus clientes. La centenaria firma generó 752 millones de dólares en flujo de caja libre en el último trimestre, un 25% más que el año anterior, y pagó 1,500 millones de dólares en dividendos. Las ganancias y los ingresos del tercer trimestre superaron las estimaciones y la compañía elevó su pronóstico para todo el año.
Entre tanto, Nasdaq está cerrando su peor año desde 2008. Los altos precios de la gasolina, la inflación y los constantes incrementos de tasas de interés por parte de la FED, han castigado a las acciones de empresas “millennials” y favorecido a las compañías maduras que son consideradas a menudo menos volátiles y más resistentes a la recesión.
Meta, Amazon y Tesla han sido afectados fuertemente durante los meses post-covid y por ello los inversores prefieren recurrir a IBM, una empresa con 111 años en el mercado. Lo mismo ha sucedido con acciones de otras firmas que llevan décadas de trayectoria como Exxon Mobil, Merck, Northrop Grumman y Lockheed Martin.
IBM adoptó un enfoque híbrido para la nube bajo la dirección del CEO Arvind Krishna, quien sucedió a Ginni Rometty en 2020. Después de luchar para ganar un puesto importante como proveedor de infraestructura en la nube, la empresa apostó a que las empresas usarían la infraestructura de centro de datos en sus propias instalaciones y al mismo tiempo, la nube pública, para así no depender por completo de un enfoque u otro.
Los servicios de consultoría siguen siendo también una gran parte del negocio de IBM y representan un tercio de sus ingresos. Parte de su estrategia ha sido asociarse con grandes proveedores, en lugar de competir con ellos. La empresa tiene una acumulación de negocios con Microsoft con un valor de más de mil millones de dólares, y uno aún mayor con Amazon.
Si bien IBM se mantuvo alejada de cualquier adquisición llamativa este año, anunció algunos acuerdos más pequeños para mejorar ciertas capacidades. A principios de este mes, IBM acordó comprar Octo, una empresa de consultoría con sede en Virginia que apunta al sector gubernamental. Los términos no fueron revelados. Este año también absorbió a las consultoras Dialexa y Sentaca.
Foresman describió las compras como un uso apropiado del capital y “tan pequeñas que no necesariamente revelan múltiplos de transacciones”.
Aún así, Krishna reconoce que el contexto económico no es el ideal. Dijo en octubre que los precios más altos han llevado a “cierta cautela en las conversaciones” en Europa, donde la compañía tiene que prepararse para una recesión. En América, donde IBM obtiene cerca del 53% de los ingresos, el clima de negocios es “muy sólido”, dijo.
Los analistas de Bernstein dijeron que la dirección de las acciones a partir de aquí podría depender simplemente del estado de la economía, en lugar de cualquier catalizador importante dentro de la empresa.
“Dadas sus características defensivas y su desempeño histórico, creemos que es probable que a IBM le vaya bien si seguimos presionando a los mercados, y es probable que se quede atrás de los principales índices si entramos en un período de recuperación”, escribieron.