Quienes escucharon que el crecimiento de la inflación se está enfriando, se sentirán decepcionados la próxima vez que ingresen a una tienda para comprar alimentos, ya que lo más probable es que no verán ningún tipo de alivio a la hora de pagar.
“Las cifras generales de inflación son alentadoras para la economía en general, pero los consumidores no se sienten aliviados en la tienda de comestibles”, dijo David Ortega, profesor asociado del departamento de economía de recursos y alimentos agrícolas de la Universidad Estatal de Michigan.
“Esperamos que noviembre sea el noveno mes consecutivo con una inflación de dos dígitos en los comestibles. Los precios de estos productos siguen siendo un 12% más altos que hace un año”, agregó.
“La buena noticia es que los aumentos en los precios de los alimentos y los precios de los comestibles alcanzaron su punto máximo en agosto”, dijo Ortega.
Luego expresó que “ahora están comenzando a bajar los precios lentamente. Vamos en la dirección correcta, pero los consumidores aún no se sentirán aliviados al comprar en la tienda y eso se debe a que la inflación captura la tasa de aumento de precios a lo largo del tiempo, por lo que el hecho de que la inflación comience a calmarse un poco no significa que las cosas estén bien. Simplemente las cosas no están subiendo de precio tan rápido”.
En agosto, el costo de los alimentos se disparó un 11.4% respecto al año pasado, un nivel que no se veía desde mayo de 1979, según el análisis de datos gubernamentales de Marketwatch.
Las interrupciones en la cadena de suministro, el conflicto en Ucrania, el cambio climático, la gripe aviar más mortífera en la historia de los EEUU, los costos de transporte y el aumento del gasto de los consumidores en alimentos, son factores que impulsan el aumento de los precios de los alimentos, explicó Ortega.
“Tenemos interrupciones en la cadena de suministro y están comenzando a disminuir debido a la pandemia. Pero luego tenemos el conflicto en Ucrania que provocó un aumento en los precios de las materias primas a principios de este año. Se han reducido significativamente, pero se necesita tiempo para que eso se realice por completo en la tienda de comestibles”.
El cambio climático también ha afectado la producción agrícola, dijo, lo que ha significado menos alimentos en el mercado y un aumento de los precios. Ortega afirmo que aunque es difícil decir cuándo comenzarán a bajar los precios de los alimentos, espera que pueda suceder en los próximos seis meses más o menos.
El Fondo Monetario Internacional publicó un informe en octubre que decía que los aumentos de las tasas de interés de la Reserva Federal ejercerán una “presión a la baja sobre los precios hasta fines del próximo año”.
Donna McCallister, profesora asistente en el departamento de agricultura y economía aplicada de la Universidad Tecnológica de Texas, dijo que los precios siempre aumentan en esta época del año, lo que agrava el problema para muchos estadounidenses este mes.
Según el análisis del 23 de noviembre de Bankrate sobre el costo de los artículos esenciales para las fiestas, seis de los 10 precios más inflados fueron para alimentos, incluidos pavo, productos de panadería, huevos, harina y mezclas preparadas.
Los consumidores que preparen un jamón navideño, compren un pastel congelado o hagan galletas de azúcar para una fiesta este mes encontrarán precios significativamente más altos que el año pasado. El jamón ha subido un 7.8% interanual, los productos de panadería congelados y refrigerados un 19.4 % y los huevos un 49.1%.
McCallister sugiere reducir el desperdicio de alimentos yendo a las tiendas con más frecuencia para comidas específicas o comprando algunos artículos a granel.