El multimillonario Mark Cuban, conocido por su participación en el programa de televisión “Shark Tank” y su éxito como empresario e inversionista, tiene una perspectiva diferente sobre la riqueza y cómo manejarla.
En una entrevista reciente en “The Really Good Podcast”, compartió sus opiniones sobre los lujos que está dispuesto a permitirse y aunque Cuban es claro que no teme a gastar en artículos costosos, como su mansión de $13 millones en Dallas y un jet privado Gulfstream V de $40 millones, hay límites que se niega a cruzar.
“Solo trato de ser la misma persona, quiero decir, como cuando era pobre, o rico” comentó el empresario durante la entrevista. “Cuando estaba quebrado, la pasaba genial. Amaba mi vida… me divertía igualmente”.
Para él, ciertos gastos, como tener un yate, contratar mayordomos y servicios de limpieza, simplemente no encajan con su forma de ser. Considera que mantener ciertas prácticas y hábitos de su vida anterior, incluso ahora que es extremadamente rico, es fundamental para su identidad y autenticidad.
Un aspecto interesante de la filosofía de Cuban es su enfoque en la privacidad y la importancia de mantener ciertos aspectos de su vida fuera del ámbito público. Aunque no se considera ahorrativo en el sentido tradicional, valora la independencia y el control que provienen de realizar tareas domésticas como lavar la ropa y cocinar, en lugar de depender de servicios de lujo.
“Me gusta la privacidad”, dijo Cuban. “He estado rodeado de personas que contratan a alguien para que haga todo por ellos, y ahí no hay privacidad”.
En una entrevista con “Sunday Morning” de CBS en enero, expresó su determinación por mantener su personalidad intacta a pesar de su fortuna y afirmó que podría ser igual de feliz con solo el 1% de su patrimonio neto.
Su enfoque es respaldado por sus amigos de la infancia, quienes destacan que, aunque en su riqueza haya peligro, Cuban ha sido la misma persona auténtica de siempre. Mantiene una perspectiva arraigada y sigue compartiendo momentos con amigos de su pasado, lo que le ayuda a mantenerse conectado con sus valores y su historia.
En contraste, se ha demostrado que la riqueza puede cambiar la personalidad y el comportamiento de las personas. Según se ha observado en investigaciones psicológicas, donde se muestra que a medida que las personas acumulan fortuna, pueden volverse menos compasivas y empáticas, y más orientadas hacia el interés propio.
Este fenómeno ha sido planteado por Paul Piff, profesor asociado de ciencias psicológicas en la Universidad de California. Sin embargo, él sugiere que pequeñas “verificaciones de la realidad” pueden restaurar la empatía y el igualitarismo, lo que resuena con la actitud de Cuban de mantenerse auténtico y conectado.
Mark reconoce sus logros financieros, como sus aviones privados y propiedades, pero sigue priorizando su tiempo y su identidad.
Su enfoque en la autenticidad y la conexión con su pasado muestra su deseo de no perderse en la riqueza, sino de utilizarla para mantener lo que considera valioso.