Bitcoin es sin duda alguna la criptomoneda más importante del planeta y un punto de referencia para todo el mercado digital.
En noviembre de 2021 durante la pandemia, Bitcoin logró un hito muy importante al cotizarse por encima de los $66,000, su valor máximo histórico desde que fue creada, sin embargo, luego de ello comenzó una espiral descendente que le llevó a negociarse sobre los $16,000, tan solo un año después.
¿Cuál fue la causa? Ante la bonanza de la pandemia y la lluvia de efectivo, algunos criptoempresarios perdieron los estribos y embargados por la codicia, malversaron los fondos públicos que administraban en lujos y excesos. También fue un detonante la poca regulación de la industria.
El colapso de FTX, uno de los criptomercados más grandes del planeta, fue solo el inicio del efecto dominó en el que cayeron otros importantes actores del sector, mermando la confianza de los inversores y provocando que el precio de todas las monedas digitales se fuera al piso.
Afortunadamente 2023 presentó un mejor panorama y por cuenta de los conflictos, la inestabilidad política, la quiebra de algunos bancos y la inflación creciente, las criptomonedas volvieron a verse como una alternativa al golpeado sistema tradicional.
Esta renovada visión al parecer no solo provino de inversores entusiastas, sino también de los gobiernos que empezaron a tomarse en serio la regularización de un mercado que se hace cada vez más grande.
Aún rondaba entre los reguladores de distintos países, el fantasma del año 2022, en el que el colapso del criptomercado hizo que miles perdieran sus ahorros. ¿Faltaba algo por hacer?, la respuesta es sí.
Se volvió evidente la urgencia de sacar al mercado cripto de los sótanos oscuros en los que habitaba para permitirle circular por las vías principales del sistema económico, con reglas de juego claras y bajo el escrutinio de los entes reguladores.
A hoy 14 de enero de 2024 falta demasiado por hacer, sin embargo, se han dado pasos muy importantes: Coinbase obtuvo una licencia criptográfica del gobierno francés que podría abrirle el camino en el resto de Europa, y, por otra parte, la aprobación de los ETF de Bitcoins en los Estados Unidos, hará aún más fácil y seguro negociar con este tipo de activos digitales.
Estas dos noticias por sí solas harán que inversores con capitales aún mayores ingresen a este mercado y que cientos de miles de personas también lo hagan.
En 2023 el valor del Bitcoin pasó de un poco más de $16,000 a comienzos de año, a cerrar diciembre con un precio por encima de los $43,000, es decir, un crecimiento del 270%, casi que triplicó su valor en doce meses.
El panorama es prometedor para 2024, pero hay lecciones aprendidas que no solo aplican para los grandes criptoempresarios sino también a pequeños inversionistas: “no hay que dejarse enceguecer ante el brillo”.