Los fabricantes chinos de vehículos eléctricos han experimentado un rápido crecimiento en los últimos años, impulsado principalmente por los subsidios y un auge en la demanda interna. Sin embargo, una desaceleración en el mercado interno, junto con una feroz guerra de precios y un exceso de capacidad de producción, ha llevado a estos fabricantes a buscar expandirse en el extranjero para mantener su crecimiento.
China, que ha superado a Europa y Estados Unidos en ventas de autos eléctricos, enfrenta una saturación del mercado interno y busca aliviar el exceso de capacidad a través de la expansión internacional.
La desaceleración del mercado chino ha provocado una competencia cada vez más intensa entre los fabricantes de vehículos eléctricos, lo que ha llevado a una guerra de precios y márgenes reducidos. Muchos fabricantes de ese país aún no han obtenido ganancias a pesar del aumento de las ventas, dejándolos en riesgo de quiebra o con una urgente necesidad de inyecciones de capital.
Además, se prevé que los fabricantes de automóviles en China agreguen capacidad para cinco millones de automóviles entre 2023 y 2025, lo que podría resultar en un exceso de oferta tanto en el país como en el extranjero.
En respuesta a esta situación, los fabricantes del gigante asiático están expandiendo agresivamente sus operaciones en el extranjero.
BYD, respaldado por Warren Buffett y ahora el mayor vendedor mundial de vehículos eléctricos, planea aumentar las ventas internacionales y establecer fábricas en países como Brasil, Tailandia y Hungría. Otros fabricantes, como NIO, también buscan expandirse internacionalmente, aunque enfrentan desafíos como la competencia y la deuda.
El gobierno chino está alentando esta expansión internacional mediante asociaciones con aliados extranjeros y créditos bancarios. Sin embargo, esta estrategia plantea preocupaciones sobre el exceso de capacidad y la competencia desleal en los mercados extranjeros.
Los fabricantes chinos están luchando por establecerse en mercados desarrollados como Europa y Estados Unidos, sin embargo, los altos aranceles y la falta de acceso a subsidios en esos países, han hecho compleja esta expansión.
La guerra de precios en China ha llevado a una caída en los márgenes y los precios de los vehículos eléctricos. Se estima que los fabricantes chinos exportan vehículos a precios más altos que en el mercado interno, lo que les permite obtener márgenes más altos. Sin embargo, se espera que los márgenes y los precios de exportación disminuyan a medida que la competencia se intensifique en todo el mundo.