Los precios mundiales de los alimentos podrían finalmente tocar fondo este año, según un informe de Oxford Economics que prevé una disminución en 2024. Esta perspectiva ofrece cierto alivio a los compradores, especialmente después de un año de aumentos significativos en los precios de los alimentos en todo el mundo.
La caída de los precios podría llegar principalmente por cuenta de una “oferta abundante” de muchos cultivos importantes, especialmente trigo y maíz. Las cosechas récord de estos cultivos en los últimos meses han ejercido presión a la baja sobre los precios. Los futuros de trigo han caído casi un 10% en lo que va del año, mientras que los futuros de maíz han perdido alrededor del 6% durante el mismo período.
Este aumento en la producción de trigo y maíz se produjo después de que los precios subieran debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022. Sin embargo, las tensiones en la región han disminuido y las exportaciones agrícolas de Ucrania se han mantenido sólidas. Además, las exportaciones rusas de trigo han inundado los mercados internacionales, lo que ha mantenido los precios bajos.
A pesar de la disminución de los precios de estos cereales, los precios del arroz han experimentado un aumento constante. Esto se debe en parte a las restricciones a las exportaciones impuestas por la India, que representa alrededor del 40% de la producción mundial de arroz.
Las malas cosechas en la India el año pasado también contribuyeron al aumento de los precios. Los futuros del arroz con cáscara han subido más del 8% en lo que va del año.
Aunque se espera que los precios de los alimentos sigan siendo moderados en 2024, existen riesgos de que los precios puedan recuperarse más rápidamente de lo previsto. Condiciones climáticas adversas en África y Asia podrían afectar las perspectivas de cosecha en estas regiones, lo que podría llevar a un aumento en los precios. Además, los compradores en estas regiones han estado esperando precios aún más bajos, lo que significa que su regreso al mercado podría impulsar una recuperación de los precios.
Aunque el escenario base es que los precios de los alimentos se mantendrán moderados este año, existen riesgos de que la inflación en estos pueda ser más alta de lo esperado, lo que mantendría la presión sobre el consumidor.