Actualmente existe una tendencia preocupante entre los prestatarios de la Generación Z, definidos por la Reserva Federal de Nueva York como aquellos nacidos entre 1995 y 2011.
Según un informe reciente, aproximadamente el 15.3% de los prestatarios de esta generación han agotado el límite de sus tarjetas de crédito, en comparación con el 4.8% de la generación Baby Boom y el 9.6% de la Generación X. Esta disparidad puede indicar dificultades significativas en la gestión del flujo de efectivo entre los jóvenes.
Cada vez más estadounidenses de todas las edades luchan por mantenerse al día con sus deudas, especialmente las relacionadas con las tarjetas de crédito. La morosidad ha superado los niveles anteriores a la pandemia y sigue aumentando, lo que refleja las tensiones financieras que muchos enfrentan en medio de un entorno económico incierto.
Para abordar la deuda de tarjetas de crédito, los expertos sugieren varias opciones, como transferir saldos a tarjetas con tasas de interés más bajas, buscar asesoramiento crediticio sin fines de lucro y buscar formas de aumentar los ingresos y reducir los gastos. Aunque salir de la deuda puede ser un desafío, es importante hacer de ello una prioridad para evitar una mayor presión financiera en el futuro.