Las recientes medidas anunciadas por las autoridades chinas tienen como objetivo abordar los desafíos del mercado inmobiliario, especialmente en lo que respecta a las propiedades pre-vendidas y no vendidas.
Una de las principales iniciativas es el respaldo a las empresas estatales para que adquieran apartamentos no vendidos, lo que les permitirá obtener fondos adicionales para completar la construcción de otras propiedades. El Banco Popular de China ha destinado $300,000 millones de yuanes ($41.45 mil millones de dólares) para este fin, con la expectativa de que se liberen $500,000 millones de yuanes en financiación.
Por otro lado, se han implementado medidas para finalizar proyectos pre-vendidos. Desde enero, los bancos comerciales han otorgado préstamos por un total de $935 mil millones de yuanes para completar la construcción de proyectos incluidos en una lista específica. Estas acciones buscan garantizar la finalización y entrega de las viviendas, brindando seguridad a los compradores y estabilidad al mercado.
Además, se han realizado ajustes en las políticas financieras, como la eliminación de un piso para las tasas de interés hipotecarias y la reducción del índice mínimo de pago inicial para los compradores de vivienda por primera y segunda vez. Estos cambios están diseñados para facilitar el acceso a la vivienda y estimular la actividad en el mercado inmobiliario.
Sin embargo, persisten desafíos significativos. Por un lado, los recursos fiscales de los gobiernos locales son limitados, lo que podría restringir la cantidad de compras que pueden realizar. Además, existe un riesgo de búsqueda de rentas y riesgo moral en la selección de compras, lo que podría generar distorsiones en el mercado.
A pesar de estas medidas, el mercado inmobiliario chino enfrenta una serie de desafíos estructurales. Se estima que hay alrededor de 20 millones de apartamentos sin terminar y pre-vendidos en China, lo que representa un problema significativo para el sector.
Aunque se han observado caídas en los precios de la vivienda en algunas ciudades, la situación sigue siendo compleja y requiere un enfoque cuidadoso y coordinado por parte de las autoridades para evitar un impacto negativo en la economía en general.