Microsoft ha renunciado a su puesto de observador en la junta directiva de OpenAI en medio de crecientes preocupaciones sobre la ética y la seguridad en la inteligencia artificial.
Esta decisión se produce mientras las relaciones entre grandes empresas tecnológicas y actores emergentes en la IA están bajo intenso escrutinio regulatorio. Amba Kak, del AI Now Institute, considera este movimiento como un intento de oscurecer estas relaciones y responde directamente al escrutinio global.
La Comisión Federal de Comercio (FTC) podría abrir investigaciones antimonopolio sobre Microsoft y OpenAI, subrayando las inquietudes de que las estructuras de gobernanza corporativa no garantizan suficiente transparencia y responsabilidad. Mientras tanto, desarrolladores e investigadores de IA han expresado sus temores sobre los rápidos avances en la inteligencia artificial sin la debida supervisión, criticando la débil obligación de compartir información crítica con los gobiernos y la sociedad civil.
La decisión de Microsoft también plantea preocupaciones sobre la seguridad en esta nueva tecnología.
João Sedoc, de la Universidad de Nueva York, advierte que la experiencia de la compañía en seguridad de la IA podría representar una desventaja si su influencia disminuye. Esta preocupación se agrava por la reciente disolución del equipo de OpenAI que trabajaba en los riesgos a largo plazo de la inteligencia artificial.