En 2023, alrededor del 6% de los estadounidenses no tenían cuenta bancaria, lo que les priva de servicios financieros tradicionales. Este porcentaje sube al 23% entre quienes ganan menos de $25,000 anuales, según datos de la Reserva Federal.
La falta de cuentas bancarias hace a estas personas vulnerables a prácticas crediticias abusivas, y afecta desproporcionadamente a adultos negros e hispanos.
Wole Coaxum, CEO de MoCaFi, resalta que quienes más necesitan recursos no pueden acceder a ellos. Joe Lugo, de J3 Creations, atribuye esto a la escasez de bancos en vecindarios de minorías, lo que desalienta a las comunidades a participar en el sistema financiero.
Las áreas rurales también sufren de esta carencia. Darrin Williams, CEO de Southern Bancorp, destaca que en muchos lugares son el único banco, y la competencia suele ser prestamistas usureros.
Además, los adultos jóvenes tienen mayor probabilidad de no tener cuenta bancaria. El 11% de los jóvenes de 18 a 29 años no tienen cuenta, comparado con el 2% de los mayores de 60 años. La Generación Z percibe la banca como algo anticuado, según Winnie Sun de Sun Group Wealth Partners.
Expertos recomiendan que el dinero esté en cuentas aseguradas por la FDIC para mayor protección. Tener una cuenta corriente puede ayudar a establecer buenos hábitos financieros y construir crédito. Las personas sin cuenta bancaria tienden a usar servicios de cambio de cheques y préstamos de día de pago, con altos riesgos financieros.
Preston Duppins, asesor financiero, enfatiza la necesidad de más diversidad en el sector financiero para mejor atender a las comunidades de color.