La huelga de trabajadores de Boeing entra en su segunda semana, y se mantienen decididos a continuar hasta lograr un aumento salarial. A pesar de que el gigante aeronáutico ofreció un incremento del 25% en cuatro años, los empleados buscan un aumento del 40%, bonificaciones y la restauración de pensiones.
Los empleados han comenzado a tomar empleos secundarios mientras la huelga persiste, ya que sus salarios se congelarán mientras dure el paro. Los altos costos de vida en Seattle y la incertidumbre económica han empujado a algunos a prepararse para una larga batalla.
La huelga está afectando gravemente a Boeing, con un costo estimado de $50 millones al día. La compañía, ya debilitada por crisis previas, enfrenta ahora el riesgo de una rebaja en su calificación crediticia. La deuda de Boeing asciende a $60,000 millones, y el estancamiento en la producción está interrumpiendo la cadena de suministro, aunque la fábrica de Carolina del Sur sigue operando.
Boeing y el sindicato aún no logran avances en las negociaciones. El CEO Kelly Ortberg, en el cargo desde hace seis semanas, enfrenta un desafío importante mientras trata de estabilizar la empresa y resolver el conflicto laboral.
La administración Biden también ha intervenido, instando a ambas partes a llegar a un acuerdo.
Este conflicto laboral es parte de una serie de huelgas recientes que ha incluido como actores a trabajadores automotrices y portuarios, quienes han conseguido mejoras tras negociaciones similares.