General Motors (GM) ha suspendido temporalmente la producción de vehículos en dos de sus principales fábricas estadounidenses debido a problemas con proveedores tras el paso del huracán Helene.
Las operaciones se cancelaron el jueves y viernes en la planta de Flint, Michigan, dedicada a camiones, y en la planta de Arlington, Texas, que ensambla SUV de tamaño completo, como el Chevrolet Tahoe y el Cadillac Escalade.
Una portavoz de GM no pudo confirmar cuándo se reanudarían las actividades, aunque un mensaje interno indicó que la producción en Arlington podría reiniciarse el lunes. En un comunicado, GM afirmó que está colaborando con los proveedores para reiniciar las operaciones lo más pronto y seguro posible, buscando minimizar los impactos en sus plantas.
El huracán Helene, que tocó tierra en Florida la semana pasada, causó estragos en el sureste de EE.UU. y en el oeste de Carolina del Norte, con al menos 215 fallecidos y cientos de desaparecidos. GM no reveló qué proveedores se vieron afectados ni su ubicación.
Jeffrey Morrison, vicepresidente de compras de GM, describió tanto el huracán como la huelga de trabajadores portuarios como eventos disruptivos. Aunque la huelga concluyó el jueves y los trabajadores regresaron el viernes, GM ha tomado medidas para fortalecer su cadena de suministro tras las interrupciones vividas durante la pandemia.
Morrison comentó que la crisis del COVID-19 permitió a la compañía analizar más a fondo su cadena de valor, facilitando el rastreo de piezas y problemas potenciales.
El ejecutivo subrayó que GM se esfuerza por ayudar a sus proveedores en momentos de crisis para mitigar el impacto en la producción.