La economía de Estados Unidos registró un crecimiento anualizado del 2.8% en el tercer trimestre de 2024, según el informe del Departamento de Comercio, una cifra que, aunque positiva, quedó por debajo de la expectativa de 3.1% proyectada por los economistas de Dow Jones.
Este crecimiento fue impulsado por el consumo y un fuerte gasto gubernamental, en particular, en el sector de defensa, que aumentó un 14.9%. El consumo, que representa aproximadamente dos tercios de la actividad económica en EE. UU., fue el principal motor, mostrando un incremento del 3.7% y añadiendo casi 2.5 puntos porcentuales al crecimiento total del producto interno bruto (PIB).
El informe también destacó el impacto negativo de las importaciones, que crecieron un 11.2%, lo cual contrarrestó parte del crecimiento generado por las exportaciones, que aumentaron en un 8.9%.
En conjunto, el gasto público y privado han contribuido a mantener una expansión constante, desafiando los pronósticos de desaceleración económica en un entorno de tasas de interés elevadas y persistentes preocupaciones sobre el estímulo fiscal y monetario. La cifra reportada es la primera de tres estimaciones, y representa una continuación del crecimiento sostenido que la economía estadounidense ha mostrado en los últimos diez trimestres.
En términos de inflación, hubo un indicio positivo, ya que el índice de precios de gastos de consumo personal (PCE), preferido por la Reserva Federal, registró un aumento del 1.5% en el trimestre. Este dato se encuentra por debajo del objetivo del 2% fijado por el banco central y representa una desaceleración respecto al 2.5% del trimestre anterior. No obstante, el índice PCE subyacente, que excluye alimentos y energía, se elevó un 2.2%, mostrando que persisten presiones inflacionarias moderadas.
Ante este panorama, los analistas esperan que la Reserva Federal mantenga una postura cautelosa. Si bien es probable que no incremente las tasas de interés en su próxima reunión el 7 de noviembre, el comportamiento de la inflación y el crecimiento económico seguirán siendo factores clave para las futuras decisiones de política monetaria. La tasa de ahorro personal, que cayó al 4.8% desde el 5.2% revisado al alza, indica que los consumidores están utilizando sus ahorros para mantener el ritmo de consumo.
Este crecimiento económico, además, se da en un contexto político clave, ya que Estados Unidos se prepara para las elecciones presidenciales, en las cuales los candidatos Kamala Harris y Donald Trump buscan capitalizar la situación económica. Harris ha defendido la solidez de la economía bajo su gestión, mientras que Trump ha criticado la persistencia de la inflación, pese a la desaceleración en su ritmo. En conjunto, la combinación de un crecimiento económico moderado y una inflación contenida plantea un escenario incierto para las decisiones tanto de la Fed como de los votantes en los próximos meses.